Segunda Oportunidad Al Amor

•7•

Kaminari llegó a la dirección en donde estaba destinado a ir desde el principio, con temor tocó el timbre. Las puertas de aquella mención se abrieron.

Un guardia lo guió hasta la puerta principal.

Al entrar se sentía tan cálido y estaba todo iluminado. Era una mansión muy bonita, había macetas en las mesas que habían en la pared.

—Oi bastardo—escuchó que alguien habló.

Buscó aquella voz.

En las escaleras venía bajando un alfa con su rostro molesto.

Para su mala suerte. Justo lo que no quería.

—Llegas muy tarde—se detuvo en el último escalón.

—Lo siento mucho, se me hizo muy tarde con este clima—hacía reverencia.

Solo escuchó un gruñido por parte del alfa.

—Kacchan entiéndelo—escuchó otra voz, pero se escuchaba tan angelical.

Buscó aquella voz y venía bajando las escaleras con el pequeño cachorro.

—Perdóname cariño—busco al omega.

Kaminari quedó impresionado. Ya que el rostro del alfa al ver al omega cambió, ahora parecía más relajado.

¿Cómo era posible aquello?

Un alfa dominado por su omega.

Lo que hacía el amor.

—Kaminari ¿verdad?—se acercó a él.

—S-sí.

Al estar más cerca del omega se percató su belleza. Ya había escuchado de la familia Bakugou-Midoriya, y no habían mentido cuando mencionaban la belleza del omega.

—Te presento a Haruto.

Miró al cachorro y sin duda, era la viva imagen del alfa, solo que su cabello era similar al omega.

—Mucho gusto—sonrió dulcemente.

—El gusto es mío—correspondió la sonrisa.

—Mi mami me dijo que no pudiste venir porque se te hizo tarde, espero que mañana vengas a cuidarme.

—Lo haré, prometo llegar más temprano.

Al día siguiente hacía menos frío, pero ese día entraba más tarde a sus clases, por lo que decidió dormir un rato más.

Cuando estaba en el campus, decidió contarle a su amiga como le fue en su nuevo trabajo.

—¿Con los Bakugou?—preguntó temerosa.

—Sí, con ellos.

—¿No te da miedo? Dicen que el alfa es muy grosero, el único bueno es su esposo. No entiendo como alguien tan lindo y amable se haya casado con ese alfa de tan mal carácter.

—Pero no es así, cuando el señor Bakugou está con su esposo es completamente diferente, ayer lo confirme.

—¿En serio? No me la creo.

—Podría decirse que Midoriya lo tiene comiendo de su palma, se porta muy lindo con él.

—Que envidia una relación así.

El omega estaba dudando en decirle o no su encuentro con aquel alfa de ojos rojos, conociendo a su amiga, empezaría emocionarse con algo que no pasaría.

Además. Tenía novio, aunque volviera a ver a aquel alfa, no pasaría nada.

En eso vio que el rostro de su amiga cambió de feliz a desagrado.