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Kirishima se sentía tan estresado trabajando en un edificio el cual pertenecía a Katsuki, la única razón por la cual accedió; Izuku. Le tenía un gran cariño y no podía negarse a nada que él le dijera.

Su estrés se iba cuando llegaba a ver a Haruto y a Kaminari, se volvió un hábito para él. Salir del trabajo e ir directo a la mansión Bakugou-Midoriya.

Su corazón cada que veía al omega rubio, se sentía feliz y latía muy rápido, hasta a veces pensaba que era malo, tal vez podía padecer de alguna enfermedad del corazón.

Pero había un problema.

Cada que sentía que se unían más y más, siempre recibía llamadas de su novio. Aunque se le hacía un poco descortés escuchar cada de sus llamadas, sin querer lo hacía; siempre eran discusiones.

Al parecer su novio estaba celoso de él. Kirishima se sentía triunfador, aunque sabía que no pasaría nada entre ambos, Kaminari siempre respetaba a su pareja, era lo que le gustaba de él.

Pero con cada discusión el omega se ponía triste, Kirishima odiaba ver el rostro de alguien tan lindo como él en ese estado, cada que podía lo animaba y no solo él, también el pequeño Haruto.

Kirishima se encontraba jugando con Haruto y en eso Kaminari salió de la habitación con urgencia, sabía que era otra de sus llamadas.

—Denki siempre regresa triste—dijo el cachorro mirando hacia la puerta.

—Iré a verlo.

El cachorro solo asintió y se sentó en el suelo mientras abrazaba un peluche. Aquella escena hizo que el alfa sonriera para posteriormente salir en busca del omega.

Cada vez se acercaba más al omega, podía escucharlo y se detuvo escondiéndose detrás de la pared.

—¡Shinso estoy cansado!—lo escuchó elevar la voz—¿otra vez con lo mismo?—pauso.

Esta vez la voz del omega se escuchaba triste, Kirishima no pudo evitarse sentir mal, sentía el dolor del omega a través de sus feromonas.

—Es suficiente, por favor—la voz se le escuchaba entrecortada.

El alfa se asomó con cautela para no ser descubierto, y pudo notar algunas lágrimas que recorrían el rostro del omega.

—¡Bien! De todas formas no quiero seguir escuchándote—colgó y elevó ambas manos para taparse la cara para llorar, aún tenía el celular en la mano.

Kirishima supo que era momento de irse y dejarlo solo. Al regresar el pequeño al verlo se puso de pie y se acercó a él.

—¿Todo bien?

—Sí, ahorita viene—sonrió para que el pequeño creyera aquella mentira.

El cachorro ya no dijo nada y correspondió a la sonrisa, pero Kirishima se sentía fatal, quería abrazar a Denki y darle todo el consuelo que necesitaba, pero no podía.

Después de unos minutos Denki regresó, tal vez Haruto no se había percatado de los ojos algo hinchados de Denki, ya que lo disimulaba sonriendo.

No pasó mucho tiempo y Kirishima se despidió de ambos. Haruto al inicio no quería que su tío se fuera, pero al final lo dejó ir.

Kirishima salió de la mansión y se fue directo a un bar.

Estando allí pidió bebidas y se quedó sentado en una mesa solo para él. No quería compañía, quería estar solo.

Estar interesado por alguien que ya tenía dueño lo estaba matando lentamente.

Se desabrochó un poco el saco y la camisa, al parecer la bebida estaba dando reacción. Siguió bebiendo, quería embriagarse, quería olvidarse un rato del mundo.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora