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Al siguiente día fue normal a la universidad y todo transcurrió con la tranquilidad a excepción de que su amiga Mina estaba muy apegada a él diciendo que lo extrañaría; aunque no tenía porque ya que no se iba para siempre.

En ratos Shinso lo miraba de reojo y Denki llegó a percatarse, pero solo lo ignoraba. Sabía que solo jugó con él y no merecía ni siquiera sus lágrimas, Kaminari era un omega que a pesar de todo sabía como seguir adelante.

Pero en el fondo de su corazón sentía nostalgia al recordar los buenos momentos que llegó a compartir con Shinso, además de que fue su primera vez. Odiaba haberse entregado a alguien que no valía la pena, se sentía sucio pero no podía hacer nada.

Después de las clases Mina y él se fueron a su trabajo y todo transcurrió con normalidad, casi no había clientes así que solo se encontraba limpiando las mesas.

En eso llegó un cliente de cabello de dos colores, rojo y blanco, era un lindo omega que te cautivaba con tan solo verlo, menos mal y Kaminari también era omega. Pero quien podía decir que un omega no le podría atraer otro omega.

Aquel chico de cabello bicolor se sentó en una de las mesas y se veía estresado, su aura lo decía todo.

Se acercó para atenderlo.

—Buenas tardes, le dejo la carta—ofreció el menú.

—Gracias—hasta su voz sonaba tan angelical, a pesar del tono cansado que tenía.

Más de cerca pudo apreciar que no sólo sus cabello era de diferentes colores, si no que sus ojos tenían heterocromia. Era una belleza de omega.

Cuando el omega agarro la carta, Kamaniri se alejó para darle tiempo en decidir lo que ordenaría.

Después de unos minutos se acercó para pedir su orden.

—Solo un café negro y...

En eso el teléfono del otro omega sonó y respondió al instante, pero le indicó a Kaminari que lo esperara unos segundos.

—Bueno.

Kaminari asintió mientras esperaba a que terminara la llamada.

—¿De nuevo con eso?—su voz empezaba a sonar molesta. —Ya te dije que no padre, no insistas con eso—colgó aquella llamada y suspiró.

—¿Puedo ayudarlo en algo?

El omega bicolor lo miró y solo sonrió. —Gracias por tu amabilidad, pero no, dudo que otro omega pueda ayudarme. Bueno, solo sería el café.

—Enseguida lo traigo.

Fue a dejar la nota con la orden de aquel omega, cuando estuvo listo fue Mina quien lo entregó, después de que terminara su turno se fue en dirección a su casa para irse a la mansión y ya no supo nada más de aquel omega, pero su belleza era algo que lo dejó pensando por un buen rato.

"Ojalá fuera así de lindo" —pensó.

Y como lo prometió Izuku, ya lo estaban esperando para que todos juntos se fueran. Cuando llegó cruzó mirada con Kirishima y por esos instantes se sintió tranquilo.

Se subieron el carro para ser transportados al aeropuerto, Kaminari se sentía nervioso ya que era su primera vez viajando y Kirishima pudo percatarse por las feromonas que desprendían de su cuerpo.

—Tranquilo—se acercó para poner su mano en el hombro.

No solo Kaminari desprendía feromonas, si no que también Kirishima, pero lo hacía para calmarlo y claro que dio resultado. Mientras que ellos estaban en su momento romántico, el alfa rubio quería vomitarse por oler ambas feromonas, las únicas que eran de su agrado eran las de su esposo.

Izuku al ver el estado de su esposo empezó a reírse, a él no le desagradaba ya que el olor no era tan potente, era pasable para sus fosas. Pero si su esposo fuera quien estuviera desprendiendo esas feromonas, lo más seguro es que en esos instantes entraría en celo.

Subieron al avión en asientos de primera clase;a Kaminari y Kirishima les tocó ir juntos, el omega iba pegado a la ventana y cada vez que notaba que iban elevándose, sus nervios aumentaban. Le temía a las alturas.

El alfa tocó su mano para que se tranquilizara.

—Estaré contigo, así que tranquilo—sus miradas se cruzaron—si tienes miedo, aprieta mi mano.

El omega solo asintió y en todo el transcurso de la noche no soltó su mano, se quedó dormido y Kirishima no podía evitar verlo a cada instante, amaba lo lindo que era.

Desdobló la manta que llevaba y lo cubrió para que no sintiera el frío por el aire acondicionado, justo en ese instante la cabeza del omega se recargó en su hombro. Kirishima se sonrojó y se dejó apoyar para también quedarse dormido.

Kaminari fue quien se despertó primero, al ver que estaba apoyado con el alfa se sonrojó y se apartó lentamente, su corazón latía muy rápido hasta casi escuchaba sus latidos.

Miró hacia la ventana para distraerse un rato, pero al parecer aún era noche, así que se acurrucó de nuevo junto al alfa y no pasó tanto tiempo para quedarse completamente dormido de nuevo.

Izuku hecho un ojo hacia sus asientos y sonrió al ver lo acurrucados que estaban, se reincorporó en su asiento mientras observaba su esposo con su pequeño que yacía recargado en su pecho.

—¿Y bien?—habló por lo bajo para no despertar al pequeño que se encontraba dormido.

—Están justo y como lo pensé. Son tan adorables—sonrió y Bakugou casi veía los brillos que salían de su rostro.

—Nunca vas a cambiar mi pecoso—acaricio su mejilla.

—Quiero que Kirishima sea feliz y se que Kaminari es el omega ideal para él.

—En eso estoy de acuerdo contigo. Ambos son unos estúpi...

—Kacchan—lo interrumpió—no te expreses así de ellos.

—Ambos comparten la misma neurona—susurro.

Izuku ya no dijo nada y solo se acurrucó junto a su esposo para dormir.

Kirishima abrió los ojos lentamente y sintió un peso en su hombro, miró a su lado y encontró durmiendo al omega.

Para él era la vista más hermosa, amaba ver su rostro tan cerca de él

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Para él era la vista más hermosa, amaba ver su rostro tan cerca de él. Se veía indefenso y le daban ganas de protegerlo. Sonrió al verlo y se quedó quieto para no despertarlo.

Pero no fue posible porque el tripulante de la cabina habló indicando que estaban apunto de aterrizar. Kaminari se despertó y se apartó de él, sentía tanta pena por haber dormido así.

—Buenos días—dijo el alfa sonriente.

—B-buenos días—respondió con timidez.

La sonrisa del alfa hacía que el corazón del omega brincara de felicidad y sintiera su estómago raro o tal vez era porque tenía hambre.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora