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Kirishima regresó a su departamento para darse un baño e irse al trabajo. Estando allí reviso los documentos pendientes y de tan solo verlos empezaba a estresarse.

La mañana y parte de la tarde pasó con normalidad hasta que a su puerta llamaron. Entró el alfa rubio.

—Vamos a comer—ordenó parado en el umbral de la puerta.

—De acuerdo—suspiró dejando de lado la montaña de documentos que tenía.

Se puso de pie y ambos se pusieron en marcha para ir al negocio de a lado, donde justamente el omega rubio y la omega pelirosa empezaban su turno.

Se sentaron en la misma mesa de siempre y esperaron a que el rubio fuera a tomar su orden, para ese tiempo a Kaminari ya no le daba vergüenza así que cuando los veía solo sonreía y el alfa más que encantado por ver esa sonrisa.

Cuando se fue, Kirishima no pudo evitarlo seguir con la mirada, el alfa rubio se percató de eso mientras rodaba los ojos. Al paso de unos cuantos minutos regresó con sus órdenes y de nuevo se marchó. Kirishima lo seguía mirando.

—Joder, pareces un adolescente enamorado—cruzó sus brazos mientras lo miraba molesto.

Kirishima se giró para mirarlo pero se sonrojó ante su comentario.

—¿Q-que dices?

—¿Hasta cuando Kirishima? Solo ve e invítalo a salir.

—Sí eso fuera tan fácil bro.

—Claro que lo es, solo ve y párate justo delante de él y pregúntale: "¿Quisieras salir conmigo? A una cita" y ya, esperas a que te responda—agarro la taza y bebió el té.

—Pero...es que no se. Es muy pronto, acaba de terminar su relación.

—Vete a la mierda Kirishima—puso la taza bruscamente sobre la mesa—primero que porque tenía novio y ahora porque acaba de terminar su relación. Eres muy lento, si esto fuera una historia hasta que capítulo piensas invitarlo a salir, eh, ¿hasta el capítulo 100 o que demonios?—una vena del rostro le saltaba, su amigo acababa con su poca paciencia.

—Yo en verdad lo quiero, pero siento que aún no es el momento...

—Para empezar—se dejó recargar en la silla y cruzó sus piernas—la relación con su ex no es tan válida, ese bastardo lo engaño, fue algo de mentiras. Por eso mismo, debes de entrar allí y darle ese apoyo, que se sienta seguro en tus brazos y así puede surgir el amor.

—Eso cualquier amigo lo haría.

—Ay Kirishima, en verdad no se como te soporto.

—Me gusta, pero tengo miedo de que no sienta lo mismo...

—Por favor, se nota que también le gustas. Así que anímate e invítalo a salir, es más, este fin de semana vayan al centro comercial o yo que se.

—De acuerdo, tomaré iniciativa.

—Más te vale, porque me desespera su lento avance.










Más tarde en la mansión de los Bakugou-Midoriya al pequeño Haruto se le ocurrió que Kirishima y Kaminari cambiaran de traje; ellos aceptaron ya que no podían negarse a un niño tan lindo.

Kirishima se quedó más tiempo encerrado en el baño mientras se imaginaba como le llegaría a quedar su traje a Kaminari, ya que la parte del pecho estaría descubierto. Moría de ganas por verlo pero a la vez temía que su celo llegara.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora