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Cuando los esposos salieron Kirishima no supo que hacer. Seguía tan apenado, así que reviso su celular y ya marcaban las 8:00 am.

—¿Te gustaría ir a desayunar algo?

—Sí, desde hace rato muero de hambre—dijo tocándose su estómago.

—Perfecto. ¿Te cambiarás la ropa o así irás?

—Me gustaría meterme a bañar, nunca he usado una bañera.

—De acuerdo, entonces te espero.

El omega se puso de pie para buscar en la mochila que llevaba su cambio de ropa. Cuando la tenía entre sus manos se fue corriendo al baño.

Kirishima se quedó sentado en el sillón que tenía vista hacia fuera. El amanecer era algo hermoso de ver, algunas personas ya se encontraban caminando en dirección hacia la piscina y los entendía, el clima estaba caluroso.

Se quedó esperándolo como por 15 minutos hasta que escuchó que lo llamó.

—¡Kiri!

El alfa se puso de pie y se acercó a la puerta del baño que estaba entreabierta, se detuvo antes de entrar y mejor tocó la puerta indicando que ya estaba allí.

—¿Qué se te ofrece Kaminari?

—Soy un torpe y no traje toalla, ¿habrá alguna de sobra?

—Iré a checar...—respondió algo nervioso.

Fue en donde estaba un estante y encontró algunas toallas, se regresó y se sentía nervioso.

—Aquí está—metió sólo su mano enseñando la toalla.

—No la alcanzó, puedes entrar...p-pero t-tápate los ojos...

Kirishima entró pero con la vista hacia el suelo, el omega se encontraba dentro de la bañera pero trataba de taparse solo con su cuerpo.

—T-toma—se acercó lo suficiente y extendió su mano dándole la toalla.

Pero aún así, el omega no alcanzaba la toalla y se acercó un poco más. El alfa al ver que tardaba se acercó un poco más pero se resbaló ya que había un poco de agua tirada en el piso. Alcanzó a apoyase en la bañera pero quedaron frente a frente sus rostros.

Kirishima no pudo evitar bajar la mirada y ver el torso desnudo del omega. Se sonrojaron ambos y Kirishima salió corriendo del baño pero antes de huir le lanzó la toalla al omega cayéndole en la cabeza.

El alfa se fue a la mini sala y se sentó en el sillón, si de por si las cosas entre ellos ya se sentían extrañas, ahora más que lo vió un poco desnudo.

Después de unos minutos el omega salió secándose el cabello, Kirishima evitaba verlo pero no fue posible porque ambos tuvieron contacto visual.

—Y-yo...n-no era mi i-intención—tartamudeo.

—Perdóname a mi por ser tan despistado, si al menos me hubiera percatado antes de que no traía toalla.

—De todas formas, perdón por haberte visto—desvío la mirada y apostaba a que tenía hasta las orejas rojas.

—No pasa nada. Mientras seas tú...

Kirishima buscó la mirada del omega, pero este miraba hacia otro lado con la cara sonrojada. Su alfa interior saltaba de felicidad, aunque no sabía exactamente a qué se refería. Lo más probable era porque le tenía confianza.

—Bueno, vámonos—dijo nervioso.

El omega asintió y el alfa le cedió el paso para que el omega saliera primero. Cerró la puerta y guardó las llaves en su bolsillo del pantalón. Ambos caminaron hacia el elevador sin decir ni una sola palabra.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora