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Al día siguiente en la universidad como el omega lo supuso, Monoma se acercó a él para burlarse enfrente de todos; pero su amiga Mina estuvo ahí para defenderlo.

Kaminari tenía unas inmensas ganas de llorar pero demostraría que estaba bien y que nada le afectaba o al menos eso disimulaba en la universidad ya que llegando a su apartamento, lloraba hasta más no poder.

Tuvo que faltar a sus trabajos pero Izuku lo entendió ya que Katsuki le comentó en el estado en que lo encontró esa noche y además de que Kirishima trató de explicarle la situación.

Al siguiente día no fue a la universidad y se quedó en su habitación llorando, era algo que quería deshacer. Ya no quería sentirse así por un amor que solo jugó con él.

Kirishima al ver que no le respondía los mensajes, empezaba a preocuparse pero sabía que no podía irse a meter en sus asuntos, lo único que tendría que hacer era darle ánimos.

Se presentó hasta el cuarto día a la mansión de los Bakugou-Midoriya, Izuku ni Katsuki se encontraban ya que estaban ocupados en su trabajo. Haruto al verlo corrió hacia él para abrazarlo.

—Te extrañe tanto—fueron las palabras que salieron de parte del cachorro.

—Pero ya estoy de vuelta—acariciaba el cabello verde del menor.

Haruto se apartó para sonreírle al omega y tocar su mejilla, al hacer eso le sonrió dulcemente.

—Todo estará bien.

Al escuchar esas palabras, Kaminari sintió unas enormes ganas de llorar pero era algo que no haría enfrente del cachorro.

Después de eso se fueron a jugar al jardín; el pequeño tenía un propio jardín lleno de juegos para él solo. El omega solo le hacía compañía en lo que llegaban sus padres.

Pasó 1 hora y el aroma a menta invadió sus fosas nasales, Izuku había llegado.

Se giró para recibir al otro omega que venía caminando en dirección hacia ellos, cuando el pequeño vio a Izuku este corrió con los brazos abiertos para ser cargado por él.

Izuku se acercó a Kaminari quien se encontraba sentado en un columpio.

—Me da gusto verte por aquí. ¿Cómo te encuentras?

—Un poco mejor—respondió algo desanimado.

—No todos los alfas son así—bajo a su cachorro y este miro a Izuku para dedicarle una sonrisa de complicidad y se regresó a jugar dejándolos solos.

Izuku se sentó en el otro columpio vacío.

—Por ejemplo, tuve mucha suerte en encontrar a mi esposo, aunque claro, si no nos hubiéramos conocido de todas maneras nuestras familias nos hubieran unido en matrimonio.

—¿No te molesta eso?

—¿Qué cosa?

—Pues que los padres sean quienes busquen a tu pareja. Si yo fuera tú, no me gustaría, capaz y me emparejan con alguien a quien no ame.

—Supongo que no me molestó porque conocí a Kacchan, pero si no me hubiera casado con él lo mas probable es que estuviera en un matrimonio en el cual no sería feliz.

—Pensé que los que tenían dinero vivían felices.

—No en todos los casos es así, pero para mí suerte, soy muy feliz—suspiró—tengo un esposo al que amo mucho, un hijo al que adoro, unos padres maravillosos, a Kirishima quien aprecio mucho y a ti.

—¿A mí?—Kaminari lo miró sorprendido.

—Sí, gracias a ti Haruto tiene con quien quedarse, además de que tu compañía lo hace muy feliz y no solo a él, a todos.

Kaminari se sonrojó ante aquella confesión y no sabía que responder al respecto.

—Por cierto, ¿este fin de semana estás libre?

—Sí, no tengo nada por hacer.

—Bueno, entonces prepárate porque te llevaremos a un viaje de negocios, tenia pensando en dejar a Haruto, pero me parte el alma estar lejos de mi pequeño así que por eso nos acompañarás y no te preocupes por el pasaje, ese lo pago yo.

—Pero...

—Sin peros y por supuesto llévate un traje de baño ya que en el hotel donde nos hospedaremos hay una gran piscina, Haruto querrá entrar así que también puedes divertirte, te hace falta y más por la desilusión que te acabas de llevar.

—Agradezco mucho pero...

—Para que no te sientas solo, Kirishima también irá. Así que mañana te traes tu equipaje porque en la noche tomaremos el vuelo, ¿entendido?

Kaminari asintió.








Se encontraba regresando a su apartamento, ese día el alfa no se presentó a la mansión; supuso que era por su trabajo. En lo que caminaba le marcó a su amiga para contarle que el fin de semana se iba de viaje con sus jefes para cuidar a Haruto.

La omega al saber que Kirishima también iría, quizo ir a su apartamento para ayudarlo con su equipaje, claro que tenía que ver qué ropa llevaría, ella tenía muchos planes para que regresando de aquel viaje Kaminari aceptara sus sentimientos por Kirishima.

Porque sabía que los tenía, aunque estuvieran muy escondidos en el fondo de su corazón.

Cuando el omega iba llegando se encontró en la entrada de la puerta a su amiga, venía con una enorme sonrisa dibujada en su rostro; el omega solo sonrió por la actitud de su amiga. Se tomaba todo muy enserio para un viaje al cual solo iría para cuidar al hijo de sus jefes.

Entraron y la omega corrió a su closet para buscar las mejores prendas, Kaminari solo se sentó en el sillón que tenía enfrente mientras la observaba sacar toda su ropa. Tendría mucha ropa que doblar después de que ella se fuera.

Después de una hora la omega ya tenía listo, era mucha ropa para solo un fin de semana

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Después de una hora la omega ya tenía listo, era mucha ropa para solo un fin de semana.

—¿No crees que estas exagerando?

—Uno nunca sabe, capaz y te manchas la ropa, se te pierde o yo que se, por eso mismo necesitas llevar más de lo necesario—dijo mientras empezaba a guardar la ropa en una mochila.

—Pues yo creo que si exageras—se recostó en el sillón.

—Imagínate que hagan una fiesta y tú no lleves ropa para aquella ocasión, tus jefes son de dinero y hay posibilidad de que suceda algo así.

—Lo dudo, pero te haré caso. Solo porque eres mi amiga y la mayor parte del tiempo tienes la razón.

Solo accedió ya que sabía que si no lo hacía su amiga era capaz de obligarlo de todos modos, así que no le quedaba de otra que darse por vencido.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora