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Antes de bajarse del avión pasaron al baño para lavarse la cara y los dientes. Llegaron a las 7 am y el sol venía asomándose. El ambiente era caluroso, ideal para unas mini vacaciones.

Izuku y Bakugou fueron a hablar con la recepcionista para ver el número de habitaciones que les tocaría. Kirishima y Kaminari se encontraban detrás suyo esperando las llaves.

—¿Cómo que hubo un error?—se quejó Izuku.

—Lo sentimos mucho, por error dimos la habitación de joven Kaminari a otro huésped—se disculpaba la chica.

—Pero si yo reserve los lugares, ¿cómo es posible?

—Error de nosotros, pero puede compartir habitación con el joven Kirishima.

Izuku se giró para ver a ambos, esperando alguna respuesta.

—Por mi no hay problema—respondió Kirishima.

—Tampoco tengo problema con eso.

Izuku asintió y de nuevo miró a la recepcionista.

—Está bien.

—Una disculpa en verdad—sacó las llaves para entregárselas.

—Descuide, pero que no vuelva a suceder—sonrió amablemente.

A Kirishima se le hizo raro que Bakugou estuviera tan callado, regularme ya hubiera insultado a aquella chica, lo más seguro es que se contuvo por Haruto que aún seguía dormido entre sus brazos.

Izuku se acercó a Kirishima para entregarle las llaves.

—Perdona Kaminari, espero que no te sientas tan incómodo por compartir habitación con Kirishima.

—No, para nada.

—Bueno, nosotros estamos en la habitación 110, más al rato nos ponemos en contacto. ¿De acuerdo?

Kaminari asintió e Izuku se fue junto a su esposo para subir por el elevador.

—¿Ya estás contento?—dijo Bakugou susurrando.

—Claro que si, más al rato tendré que darle las gracias a la recepcionista por su gran actuación—comentó emocionado.

—Deberías de ser cupido.

—No seas gracioso Kacchan.

Izuku apretó el botón para esperar el elevador. La verdad, lo de que se habían equivocado en darle la habitación a alguien más, era una mentira. El omega desde un principio reservo la habitación para ambos, quería que convivieran y así poderse enamorar.

Habló un día antes para ponerse de acuerdo con la recepcionista para que fingiera aquella escena.

Kaminari espero a Kirishima quien revisaba un cartel que estaba pegado en la pared, después regresó con él.

—Bueno, a nosotros nos tocó la habitación 95.

Caminaron hacia el otro elevador y esperaron a que bajara. Al subir nadie decía nada, Kaminari aún recordaba lo del avión y se sentía apenado.

Llegaron al piso 9 y buscaron la habitación.

—Es aquí—indicó Kirishima abriendo la puerta.

Kaminari espero a que Kirishima entrara, pero por alguna razón no lo hacía.

—Primero entra tú—dijo cediéndole el paso.

El omega hizo caso y al entrar era más grande de lo que imaginaba, la ventana era transparente y se podía ver la piscina desde ese lugar. Era un lugar tan hermoso.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora