•32•

424 47 15
                                    

Días después de que Kirishima le diera su respuesta a Todoroki, todo el mundo hablaba acerca de la boda del omega. Y claro que las personas que lo veían lo felicitaban, Kaminari casi siempre estaba presente cuando algún compañero de él se acercaba para felicitarlo.

El omega solo sentía como su corazón se hacía pequeñito, le dolía escuchar todas esas felicitaciones, pero por otra parte se sentía feliz de que Kirishima se casara con alguien que es digno para él.

Faltaban aproximadamente 2 meses para aquella boda, le sorprendía que fuera en tan poco tiempo pero si era un matrimonio arreglado, con más razón se celebraría antes.

Ese día a la salida Shinso lo estaba esperando; le volvió a hablar ya que una vez; Monoma como de costumbre lo andaba molestando y entonces este lo fue a ayudar, al parecer ellos habían terminado. Aunque claro, a Mina no le agradaba que de nuevo le hablara, pero Kaminari lo perdono o solo era porque ya no tenía comunicación con Kirishima y se sentía solo.

Mina al verlo solo rodó los ojos y se despidió de su amigo, estaba cansada de que por más que le dijera que no, no hiciera caso. Si quería volver a sufrir ya sería su problema.

—¿Te acompaño a tu otro trabajo?—se acercó con una sonrisa en su rostro y eso de que era un alfa muy callado, era raro verle sonreír.

—No es necesario—se acomodó las tiras de la mochila.

—No es ningún problema para mí, puedo acompañarte—volvió a insistir.

—Ya que insistes.

Ambos empezaron a caminar; Shinso iba platicando acerca de quien sabe que, el omega no le iba prestando atención ya que su mente estaba ocupada por un alfa, pensaba en el día de la boda.

En eso regresó sus pensamientos a la tierra cuando sintió que lo tomaron del brazo evitando pasar la carretera, cuando giró vio el rostro de Shinso.

Por un instante se olvidó que iba con él.

—Ten cuidado—lo acercó a él—casi te atropellan.

Volvió a girar a la carrera y efectivamente, si el pelimorado no lo hubiera jalado habría ocurrido un accidente.

—Gracias.

—¿Te encuentras bien?—lo soltó—te notó un poco distraído.

—Estoy bien—respondió algo dudoso.

—No me convence, pero si dices que estás bien. Te creo.

Siguieron caminando hasta que se detuvieron en el portón. Se giró hacia él para despedirse.

—Gracias por acompañarme.

—Puedo venir por ti al rato también.

—No, en verdad no es necesario.

—Entonces, te veo mañana en la universidad.

El pelimorado se intentó acercar para darle un beso en la mejilla, pero el omega solo se apartó, por lo que el alfa se despidió con la mano y se alejó.

El omega entró a la mansión y como siempre Haruto corrió hacia él para recibirlo, al tenerlo entre sus brazos su deseo por tener un cachorro aumentaba, pero tenía tanta mala suerte en el amor que lo veía complicado.

Segunda Oportunidad Al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora