Capitulo 4 El Encuentro

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Darien Chiba se encontraba en medio de la enorme sala observando todo a su alrededor, era una enorme casa ubicada en una zona de lujos, sín embargo estaba decorada con muy mal gusto, había muchos objetos valiosos pero no tenía armonía con la decoración tan exagerada de los interiores, Artemis era un hombre al qué le gustaba las excentricidades y le llamaba la atención todo todo lo qué fuera costoso.

Aún qué no se viera bien Artemis disfrutaba gastar el dinero en frivolidades y más sí este llegaba de forma fácil a sus manos, y es qué le daba igual tener una lámpara de color verde chillón y combinarla con unos muebles verdes con rojo, era un hombre qué aparte de tener muy mal gusto, creía qué al poseer cosa costosas lo hacía ver cómo un hombre importante, cabe destacar qué tanto la casa cómo todo lo qué había en ella, había sido comprado con el dinero de la herencia de Serena, cosa de la qué Serena no estaba enterada aún.

-Buenos días, bienvenido a mí casa mí querido socio - dijo Artemis mientras le daba la mano a Darien Chiba, él cuál no esperó mucho tiempo para decirle de una forma sarcástica.

-Querrás decir mí nueva casa, por qué te recuerdo qué hasta no culminar nuestro pacto, está casa me pertenece con todo y el mal gusto qué tiene la decoración - dijo Darien.

Artemis en ese momento sintió cómo sí le hubiera vaciado un balde de agua fría, no le causó ninguna gracias su comentario, sín embargo trató de disimular, ya qué en el fondo sabía qué lo qué le estaba diciendo era verdad, puesto qué Darien Chiba había pagado al banco toda la deuda de la hipoteca, por lo tanto la casa le pertenecía en su totalidad.

-Por favor socio aún no has conocido a mí sobrina, además recuerda qué esté matrimonio arreglado nos conviene a ambos, por qué yo seguiré viviendo en está hermosa casa y tú obtendrás tu herencia - afirmó Artemis.

-Bueno, ya dejemos de hablar tanto y vamos al grano, estoy aquí cómo me lo pediste, puntual y ansioso por conocer a mí futura esposa, por cierto pensé qué me iba a recibir ella ¿Dónde está? Estoy ansioso por completo - dijo Darien.

-¡Pero por supuesto! Inmediatamente la mando a llamar ¡Luna! Luna por favor trae a Serena - ordenó Artemis.

-¿Pero es qué acaso no puede venir ella por sí sola, qué tienes qué traela tu amas de llaves? - preguntó Darien.

Artemis se pudo más nervioso de lo qué estaba, ya qué no le había contado a Darien las condiciones en la qué se encontraba Serena.

-No, no se trata de eso, lo qué sucede es qué hay un pequeño detalle qué no te había comentado - Darien miró con el ceño funcido mientras le preguntaba intrigado.

-¿Pequeño detalle? ¿Y se puede saber a qué detalle te refieres? - dijo Darien.

Artemis no tubo tiempo de responder a la pregunta qué le había hecho, ya qué en ese momento estaba entrando a la sala Serena, sentada en su silla de ruedas ayudada por Luna, a pesar de la condiciones de Serena, era inevitable no admirar la belleza natural de aquella jóven, era de tez blanca con un rostro verdaderamente hermoso, sus ojos azules iluminaban su mirada y la larga cabellera con aquél rubio natural, definitivamente le hacía verse cómo una diosa.

Cuándo Darien Chiba la miró se quedó impregnado de su belleza, qué por un instante se olvido por completo de la silla de ruedas, por su parte Serena lo miró fijamente a los ojos, Serena estaba sorprendida al ver aquél hombre de estatus alta, bien fornido, elegantemente vestido y perfumado, en medio de su nerviosismo y al mismo tiempo temor por conocer al qué Serena consideraba su peor enemigo, se había imaginado a un hombre totalmente opuesto a lo qué sus ojos estaban viendo.

-Muchos gusto señorita mí nombre es Darien Chiba para servirle - Darien le extendió al mismo tiempo la mano.

Serena estaba paralizada, bajó la mirada mientras qué Darien se mantenía aún con la mano extendida, esperando a qué Serena ie correspondiera y también estrechara su mano, Artemis sólo observaba mientras tragaba grueso, ya qué tenía temor de qué Serena se comportara de forma grosera o en el peor de los casos, se negara a aceptar casarse con su socio.

CASADA CON MÍ ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora