Capitulo 23 La Visita De Artemis

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-Hice una pregunta ¿Qué hace está mustia en mí casa? - preguntó Neherenia, Serena enseguida la enfrentó pero está vez sín miedo, ya estaba cansada de los maltratos y abusos de Neherenia.

-¡Ya basta señora! Primero le recuerdo qué está ya no es su casa - exclamó Serena.

-Pero ¿Cómo te atreves a hablarme en ese tono? Ya veo qué te has tomado demasiado en serio el rol de heredera - dijo Neherenia furiosa.

-Pues sí, aún qué le duela reconocerlo soy la heredera universal del señor Endymion Chiba, así qué la única qué está sobrando aquí es usted, la invito a qué salga de mí casa y vaya hacerle compañía a su querido hijito, qué es un egoísta y falso cómo usted - sugirió Serena.

Neherenia ofuscada po la firma tan prepotente cómo se dirigía a ella, enseguida levantó su mano para darle una bofetada pero Rei intervino a tiempo, tomándola por la muñeca mientras le decía.

-¡No se atreva! Ni se le ocurra tocar a la señora Serena, por qué ahora sí vas a saber quién soy yo - Neherenia le lanzó una mirada fulminantes qué de haber podido hubiera matado a Rei.

-¡Vaya! Hasta qué sacaste la víbora qué llevas dentro, ya sabia yo qué está cara de mosca muerta qué tenías, sólo era pura apariencia, qué por cierto te sirvió para envolver al tonto de mí marido, para qué te metiera en la herencia - dijo Neherenia con ironía.

-Mira señora piense lo qué quiera, pero no lo voy a permitir qué manche la memoria del señor Endymion, qué la verdad no se merecía tener una esposa tan egoísta cómo usted - Rei se enfrentó a Neherenia.

-¡Lárgate de mí casa mustia! ¡Fuera! No te quiero volver a ver en mí mansión - Neherenia le gritaba hasta qué Serena intervino nuevamente.

-Rei no se va de la mansión por qué a partir de hoy comienza a trabajar para mí, así qué es mejor qué vaya preparando sus maletas y sea usted la qué se marche, entienda de una vez por toda, qué soy la dueña de está casa y por lo tanto decido quién se queda y quién se va - dijo Serena.

-Tú no me puedes hacer esto, no tengo a dónde ir, además una razón de mucho peso por la qué no puedes echarme a la calle - comentó Neherenia.

Serena la miró sín entender a qué se refería Neherenia pero en ese momento hizo su entrada triunfal Artemis, había llegado a la habitación de Serena, pasando por encima de la servidumbre qué trató de detenerlo para qué no entrará sín antes ser anunciado, pero a Artemis no le importaba nada, sabía qué sí Serena se enteraba de su presencia en la mansión, no iba a recibirlo y en el peor de los casos podría mandarlo a sacar a patadas, cómo en realidad se merecía.

-¡Serena! Al fin puedo verte - dijo Artemis y la sirvienta estaba nerviosa por la reacción qué pudiera tener Serena.

-Disculpe señora Serena, pero el señor entró a la fuerza, le pedí qué esperara afuera mientras le avisaba a usted, pero me empujó y no pude detenerlo - dijo la sirvienta.

-No te preocupes Lita, de este señor no me extraña nada ¿Qué haces aquí? - preguntó Serena alterada.

-Sobrina querida no me hables así, no sabés todo lo qué he tenido qué pasar para poder estar aquí - Artemis se excusó.

-No seas tan cínico ¿Cómo te atreves a aparecerte aquí después de haber fingido un secuestro? ¡Ah ya sé! Tu cómplice Luna ya te debe haber contado lo de la herencia - Serena dijo con sercasmo.

Artemis fingió no estar enterado, quería lograr de cualquier forma conseguir la lástima de Serena, mientras tanto Neherenia qué aún permanecía allí al igual qué Rei no dudó en decir.

CASADA CON MÍ ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora