✨️Dew.✨️
Sonrío, cuando escucho que toca mi puerta y me levanto rápido para abrirle.
—Hola —le digo y él se apoya en la puerta.
—Hola, Dew —responde haciendo una mueca.
Pongo una mano en mi boca, porque estoy sorprendido.
—Sueles ser más formal.
—Ya no trabajo acá, solo he venido por ti.
—Bueno, vas a tener que cambiarte, porque yo cumplo con lo que digo.
—¿Eso qué significa?
Significa que empecé a administrar toda la cadena en Tailandia, y mis vacaciones se acabaron.
—Puedes quedarte, no existe una sola queja contra tu comportamiento, de hecho, le hice llegar mi recomendación personal al dueño, porque tu atención es impecable.
—¿De verdad? —me pregunta bajito.
—De verdad.
Respiro profundo al ver su sonrisa y me abraza, pegando su rostro en mi pecho.
—Gracias, Dew —dice mirándome y mis piernas me fallan.
Él es tan hermoso.
—Es un favor grande, no creo que un gracias sea suficiente.
—¿No?
—Quiero algo a cambio.
Me río, porque gira los ojos.
—¿Qué quieres?
—Permíteme invitarte a comer —respondo y él suspira.
—No, porque voy a invitarte yo.
—Eso suena mejor.
Me da igual, solo quiero pasar el tiempo con él.
—Gracias —repite y yo paso mi mano derecha por su mejilla.
Haría cualquier cosa por mantener esa sonrisa en su rostro.
—Eres amigo del dueño, ¿no?
—¿Qué?
—Tú sabías que iba a escucharte.
—Algo así.
Cierro los ojos rodeándolo, y él me mira confundido.
—En realidad —le digo porque no quiero mentirle— el dueño soy yo.
—¿El dueño de qué? —me pregunta y yo rasco mi cabeza.
—El dueño de este lugar —repito y él niega con la cabeza.
—No puedes ser el dueño, es extremadamente rico, él tiene cientos de hoteles alrededor del mundo.
—Lo sé, le pertenecen a mi familia.
Su sonrisa desaparece.
—Nunca estuve interesado en dirigir esto, pero alguien tiene que encargarse de las políticas de este lugar, las odio, voy a cambiarlo todo.
—¿Eres el dueño y te tomaste el tiempo de explicarle a mi jefa que no incumplí nada?
—¿Explicarle? —le pregunto confundido— yo la boté.
—¿La botaste?
—Estaba molestándote.
—Probablemente malinterpretó las cosas, pensé que se le explicó la situación.
—No voy a detenerme a hablar con alguien así.
—La echaste por mi culpa.
—Nanon, a ella no le importó echarte, ¿por qué te importa a ti?
—Quizás necesitaba el empleo también, ¿por qué no eres capaz de resolver las cosas hablando?
—Porque yo no necesito razonar con las personas, este es mi hotel y ella fue horrible contigo —le digo enojándome— escuché las cosas que te dijo.
—Pero yo no quería hacerle eso.
—Lo sé, porque tú eres el ser humano más bonito de la tierra —respondo agarrando su rostro— pero yo no soy como tú, y usaré todo el poder que tengo para que nunca nadie vuelva a hacerte algo malo.
Su respiración se entrecorta y noto que mira mis labios.
—Nunca te has puesto de prioridad, así que voy a encargarme yo —le digo acomodando su cabello— porque me gustas.
