✨️Ohm.✨️
El ruido de la lluvia afuera no se ha detenido desde la noche anterior.
Amo poder pasar el día entero metido en la cama.
—¿Podemos quedarnos acá para siempre? —me pregunta Nanon jugando con sus dedos en mi pecho.
—Claro que sí.
Me río porque muerde despacio mi abdomen desnudo.
Es como le gusta jugar.
Los truenos afuera se oyen peores de lo que son, por el viento, y él suspira.
—Todavía me dan un poco de miedo.
—¿Todavía? —le pregunto acomodando su cabello y él coloca su cabeza sobre mi hombro.
—Sí.
—A mí también —le digo y él entrecierra los ojos.
—No es verdad, tú nunca les tuviste miedo.
—En realidad, no te lo decía, porque no quería ponerte más nervioso, tú eres bastante dramático.
Me río por lo ofendido que se ve.
—Una tormenta no iba a matarte, Non —susurro agarrando su rostro para jalarlo hacia mí— porque yo estaba protegiéndote.
Atrapo sus labios despacio y él suspira, acomodándose mejor sobre mi cuerpo.
—Es que no podías morirte, porque yo me hubiera muerto contigo —agrego cerca de su boca y él sonríe.
—Tú no podías morirte, eras más fuerte que yo, Ohm.
Empujo su frente con mi dedo y él me saca la lengua.
—Todavía soy más fuerte que tú.
—Suena perfecto, porque no tienes permitido morirte antes, yo voy a morirme primero, así nunca más voy a tener que perderte.
Mi corazón late fuerte viéndolo hablar tan serio, porque es precioso.
Siempre he amado escucharlo, hace muchas muecas mientras explica todo lo que pasa en su cabeza.
—¿Ohm? —me pregunta y yo salgo de mis pensamientos.
—¿Mmh?
—No estás escuchándome —se queja haciendo un puchero, y yo agarro su cintura antes de que se aleje.
—Estoy escuchándote, mi amor.
Paso mi mano por su nariz, detallándolo.
Se relaja cuando acaricio sus piernas desnudas.
—Te amo tanto —susurro mirando sus labios y él ladea la cabeza.
—¿Cuánto es tanto?
—Quiero que mi vida esté dedicada a ti, no quiero nada más que esto —respondo sinceramente— he sido feliz cada minuto que hemos pasado juntos acá.
Entrelaza sus dedos con los míos, mirándome y yo le sonrío.
—Ohm, ¿tú quieres casarte conmigo?
—Bueno, si es lo que quieres saber...
—Es una propuesta —me aclara interrumpiéndome.
Asiento despacio, dándole un beso pequeño.
—Siempre he querido casarme contigo, mi amor.
Él sonríe, mordiendo su labio inferior.
—Te amo —dice acelerándome aún más los latidos— siempre he querido eso también.
