✨️Nanon.✨️
Cuando abro puerta, y veo a Ohm acostado en uno de los sillones, siento que voy a romperme.
Seguramente se ha dormido ahí esperándome.
No le avisé.
—¿Por qué no estás contestando los mensajes? —me pregunta levantándose y se acerca haciendo un puchero.
—Quería comer con mi mamá, y me quedé a dormir ahí, no he revisado mi teléfono, estaba pensando.
No me siento capaz de decirle lo que está ocurriendo.
Quiero pasar el día en la cama, y escucharle decir que todo estará bien.
Pero no es lo que voy a hacer, porque sé que no será así.
Cuando la vida sigue tirándote piedras, quizás es porque no es el camino correcto.
No hay algo que quiera más que hacerle feliz, pero no puedo.
Incluso si lo intento, no va a durarnos mucho.
—¿Qué pasa? —me pregunta agarrando mi rostro, y sé por su mirada que ya se ha dado cuenta.
—Me siento presionado por todos.
—No hagas esto —me pide soltándome.
—Ohm, vamos muy rápido, no es normal que me priorices tanto, y...
—¿Por qué tienes que atacar mis sentimientos cada vez que algo te está asustando?
No lo sé.
No sé qué hacer con todo lo que tengo en la cabeza ahora, quisiera nunca haberlo conocido, porque sé que estaría mejor así.
Le hago daño todo el tiempo, no necesita ser intencional, pasa de todas maneras.
Yo me moriría con él, si él se muriera.
Y sé que va a sentirse de la misma manera, porque es lo que va a pasarme.
No he logrado sacar de mi mente a mi papá.
Sus gritos de dolor siempre son parte de mis pesadillas, y están ahora presentes en mis miedos reales.
Sé qué me va a pasar, no quiero que Ohm me vea así.
No necesito de los exámenes para saber cuán avanzado está.
No empecé a sentirme mal hace poco, estaba ignorándolo a propósito, y ya no es posible ahora.
—¿Nanon? —susurra mirando mi nariz, y siento que voy a caerme.
La sangre choca con mis labios, y tengo las piernas temblando.
Estoy tan cansado.
Siempre he estado cansado.
Voy a morirme y no he pasado un solo día de mi vida conmigo mismo, sin nadie más, haciendo absolutamente nada.
—No me toques —le digo cuando se acerca con el papel y lo miro a los ojos, al borde del llanto.
Veo pasar frente a mí, lo que quería para nosotros.
Conversaciones largas sin platos que lavar, muchos besos frente a la playa y poder ir juntos a la universidad.
Hoy más que nunca entiendo, lo mucho que hubiera amado pasar más días junto con él.
Si solo hubiera sido diferente.
Si hubieramos podido tener citas normales, si me hubiera dado un anillo a mí en Paris y no a ella.
Si no estuviera enfermo ahora.
—No vas a ser feliz conmigo —le digo bajando la mirada— tienes una vida adelante, que vas a arruinar si no termino con esto ahora.
—¿Qué? —me pregunta agarrando mi rostro para que lo mire— ¿Qué pasó? ¿Es por tu mamá?
—Suéltame —susurro volteando, porque no quiero que me vea llorar.
—¿Y lo mucho que decías amarme? ¿No me hablaste de casarnos hace dos días?
—Me confundiste con tu intensidad, no quiero seguir contigo, deberías irte a Europa.
