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✨️Chimon.✨️

Sentados en el jardín trasero del hotel, recuerdo los días después de irnos a Europa, cuando intentaba conversar con él.

Ohm siempre ha sido terco, él tiene claro lo que quiere, y no le importa entender lo que es objetivamente mejor para él.

—Estás arruinando tu vida, no me interesa si no es lo que quieres escuchar.

—No importa cuánto me escuches, todavía no puedes entenderme —dice revolviendo mi cabello y yo hago un puchero.

—Eres mi hermano, no quiero verte ser un mediocre en este lugar, tú mereces más, y tienes las capacidades y los recursos...

—Chimon —me interrumpe soltando un suspiro.

—¿Qué?

—¿Es todo lo que te importa?

—Yo quiero que seas feliz —respondo sinceramente.

—No era feliz con ella, no era feliz allá —me explica levantándose— sé que papá nunca lo entenderá y a  mamá no le importa realmente.

Me sonríe colocando una mano en mi cabeza y yo suspiro.

—Sé que acá dentro está mi hermanito, y sé que algún día va a ponerse de mi lado.

Lo veo irse y me levanto también, pensando.

¿Cómo es que puede seguir estando tan enamorado de Nanon después de todo este tiempo?

El amor es estúpido.

—¿Ya me veo mejor? —escucho que me pregunta desde atrás y volteo, porque reconozco su voz.

Efectivamente, ya no parece un indigente.

Debajo de toda la mugre que traía encima, no es tan horrible.

Me acerco y lo giro, para quitarle la etiqueta del precio que todavía tiene puesta.

—Eres tan ordinario —le digo oliéndolo.

Si se ha bañado.

—Compré lo mejor de lo mejor —responde acomodándose el pantalón y saca un cigarro que le quito.

—Fumar es de mal gusto.

—¿Qué?

—No seas tan vulgar.

—Sé comportarme —me dice sonriendo— llévame a comer, me veo muy bien.

Giro los ojos y saco mi billetera.

Es que no soporto la poca educación que tiene.

—Invítame a comer tú —le ordeno colocando varios billetes en su mano.

—¿De verdad comerías conmigo?

—No quiero, pero eres mi buena acción del día, porque me das lástima.

Saco también las llaves de mi auto y una dirección.

Él me mira confundido cuando se las doy.

—Pasa por mí en la noche, a las 6, no voy a usar el transporte público, este es mi restaurante favorito, el número está puesto ahí —le explico— pide el vino más caro cuando reserves, no voy a aceptar la cortesía corriente.

—¿Tengo que llamar? —me pregunta confundido y le doy mi tarjeta.

—Cómprate un teléfono si no tienes, y vas a abrirme la puerta del auto cuando llegues, ¿de acuerdo?

—Sí.

—Ten cuidado, es un Bugatti, vale más de lo que vale tú.

Voy a irme ya, pero me doy la vuelta, para agregar algo.

—Las rosas rojas son mis favoritas, soy muy tradicional, así que sorpréndeme.

Nunca nadie me ha dado rosas antes, así que voy a pagármelas yo mismo.

My first first love || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora