OHM
Pasé mucho tiempo en mi cama pensando en qué hacer.
Tengo 15 años, no sé si es legal que me dejen solo aquí, pero sé que papá nunca haría algo así.
Hablé con mamá, porque es más sensata.
Me hizo una pregunta interesante.
¿Por qué quiero quedarme?
No se me ocurrió algo diferente a Nanon.
Me preguntó entonces si de verdad creo que vale la pena renunciar a todo, solo porque me gusta alguien.
Respondí que sí.
Ella sonrío.
Me explicó porqué no estoy viendo el panorama claro, y mencionó lo inmaduro que soy.
Es normal, es lo que ha dicho, por mi edad.
—Europa debe ser bonita —dice Nanon sonriéndome, mientras dibuja en la arena— hay muchas cosas más que hacer.
Suspiro, mirándolo.
—Bueno, quizás es lo que pienso porque no hay nada que hacer acá.
Está actuando como si estuviera feliz por mí, y me molesta.
Yo no estoy feliz.
Me ha dicho mamá que esto se terminaría incluso si nos quedaramos y no lo creo.
Me contó de los amores que tuvo antes de papá, y dice que aunque los recuerda con cariño, nadie pasa su vida con la primera persona de la que se enamora.
Yo no pienso así.
—Vendré a verte en las próximas vacaciones —le digo y él se detiene.
—¿Y vas a traerme fotografías?
—Sí.
—Está bien —dice sonriéndome y yo tengo un nudo en la garganta.
Me levanto para caminar a su lado y suspiro mirando su rostro.
—Seré un buen arquitecto, haré que valga la pena.
—¿Eso es lo que quieres estudiar?
—Sí es lo que decía desde que era pequeño, quería diseñar construcciones que impresionen a todos.
No existe esa carrera en la universidad de acá.
—Vas a ser el mejor —me dice y bajo la cabeza, porque quiero llorar.
Cierro los ojos abrazándolo y eso es todo.
Este no era nuestro momento, pero sé que es él.
Quizás no se puede ahora, pero sé que se va a poder.
