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✨️Dew.✨️

Es tarde ya, intento concentrarme en las estadísticas del hotel, pero no puedo.

Tengo a una persona en mi cabeza.

De vez en cuando recibo mensajes de chicos con los que he estado, pero ya no me interesa tener una conversación con ellos.

Solo me importa él.

Coloco el lapicero que tengo en la mano sobre la mesa, porque la puerta suena.

Pedí algo de comer.

Arrastro mis pies por el piso y abro la puerta con flojera.

Mi actitud cambia cuando veo a Nanon parado ahí.

—Hola —dice despacio.

Sus ojos están hinchados, es fácil notar que ha estado llorando.

—¿Qué pasó? —le pregunto agarrando su carita.

—He tenido un día horrible.

Lo rodeo con mis brazos porque se pega a mi pecho.

Presiono mis labios en su cabeza y suspiro, cerrando la puerta.

—Bueno, oficialmente acaba de terminar —le aviso jalándolo al comedor— ya me voy a encargar.

Hace un puchero al sentarse y suspira.

—Perdóname por no haber venido hoy.

—Nanon, no importa —respondo sonriéndole, pero él no sonríe.

Acomodo su cabello, porque entiendo que realmente está triste hoy.

—¿Quieres que pida algo de comer? —le pregunto y él niega con la cabeza— ¿Quieres salir a caminar? ¿Quieres que veamos una película?

—Solo quiero estar contigo acá.

Sonrío agarrando su mano y la beso, agachándome a su lado.

—¿Quieres hablar?

—Sí —responde ladeando la cabeza.

—Entonces vamos a hablar —le aviso sentándome en el piso— puedo quedarme callado también, cuando ya no quieras.

Sus dedos presionan mi mano y el brillo de sus ojos es más intenso al mirarme.

Me pone un poco nervioso.

—Estuve pensando en mí, de camino acá.

—¿Pensando en lo bonito que eres? —le pregunto y él niega con la cabeza.

—En lo tonto que me veo para el resto.

—¿Qué?

—Es que no me gusta pensar en mí, y no me siento cómodo poniéndome primero, desde que tengo memoria.

Sí, lo sé.

—Muchas veces, no me permití ser feliz, porque quería que el resto lo fuera, y nunca espero algo a cambio, pero siempre todos están diciéndome que nadie lo haría por mí.

—Fui parte de todos, ¿no? —le pregunto— ¿Te hice sentir tonto por pensar en tu jefa cuando la despedí?

—Un poco, pero entendí tus razones.

—Y yo entendí las tuyas, por eso está de vuelta acá —respondo apoyando mi rostro en sus piernas— no tienes que cambiar, este eres tú, sientes de esa manera, puede ser un defecto, o  puede ser una virtud, da igual, todos estamos llenos de ellos.

—¿Tú crees que es un defecto?

—Creo que tú eres maravilloso, y que todos están equivocándose.

—¿Con qué?

—Yo si quiero que seas feliz, y no me importa si yo no lo soy —le digo sinceramente— preocúpate por la felicidad del resto si quieres, que de la tuya me encargo yo, porque tú pasaste toda tu vida preguntándole a todos qué es lo que quieren, y yo voy a pasar el resto de la mía preguntándote qué es lo que quieres tú.

My first first love || OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora