Weasley nos hara campeonar.

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—El día es estupendo para jugar al Quidditch: hoy un Gryffindor contra Slytherin. ¡Estará que arde! —anunciaba emocionado Lee Jordan por el megáfono.
El campo de Quidditch estaba repleto; los Gryffindor coreaban en la grada sur y los Slytherin respondían en la norte.

En el palco, los profesores esperaban expectantes; tanto en Snape como en la profesora McGonagall se notaba la tensión.

—Chicos, juguemos a lo que sabemos. Ron, confiamos en ti. Harry, no pierdas de vista la Snitch. Fred y George, no dejen que se acerquen las Bludgers. Ginny y Katie, detrás de mí.

El equipo de Gryffindor había practicado durante semanas, volando en formación hasta el guardián con la Quaffle controlada por Angelina. Llegado el momento, se la pasaría a Katie y se llevaría la marca, para que, al saltar a la presión de quien poseyera la Quaffle, Ginny (la sorpresa) quedara sola para encarar al guardián. Les había salido, puesto que jugar al despiste siempre había dejado a Ginny sola de marca y había podido encarar hasta el aro sin problemas. Ahora descubrirían si aquel automatismo daba resultado en un encuentro real.

Afuera, Neville caminaba junto a Hermione hacia las gradas, encontrándose a Pansy Parkinson, que traía un cartel doblado por la mitad.
—Disfruta el espectáculo, Granger —soltó Parkinson, riendo con malicia.
Sin duda, ese año los Slytherin conocían el punto débil del equipo y, por eso, también se habían preparado. Quizá con una estrategia más desleal, pero eso no quitaba que fuera válida ni, mucho menos, inteligente.

Hermione solo la miró con odio y subió con Neville hacia donde Dean, Seamus, Lavender, Cho y Luna también se encontraban. La castaña observó el campo buscando con la mirada a sus amigos y ahí estaban. Ginny estaba tan segura de sí misma que no le sorprendería que jugara en un equipo profesional algún día. Harry miraba fijamente a Draco, que le sostenía la mirada; un nuevo capítulo de su pelea habitual por la Snitch acontecía. Ron, el que más le preocupaba, estaba quieto, frío como una heladera y pálido al ver todo el gentío que se había congregado para admirar y criticar su juego por igual.

No solo Hermione notó eso, pues de la grada norte, la marea verde, comandada por Parkinson, formaba un mosaico con el cartel que se expandía, rezando en letras rojas "Weasley nos hará campeonar".

—¡Cobardes! —escupió Dean con asco.

Harry, al notar aquello, le dio unas palmadas a Ron, pero este no reaccionó. Angelina también lo había notado y, al mirar a Lee, tratando de quitarle hierro al asunto, Jordan trató de animar a Ron con unas palabras.
—Ron Weasley es el nuevo guardián de Gryffindor, sustituyendo a Oliver Wood. Créanme, señores, lo he visto y no decepciona; ha hecho paradones imposibles —sonó por el megáfono. A lo que los Gryffindor aplaudieron, los Slytherin rieron y Ron Weasley, el que realmente importaba, no reaccionó. Era tal la presión y los nervios que, si no fuera por Angelina, que lo hizo salir del profundo letargo al que se veía sometido, Gryffindor habría empezado el partido con su guardián en el suelo.

La señora Hooch tocó el silbato.
—Yyy... empieza el duelo, señores, Gryffindor con la posesión de la Quaffle. Johnson posee la pelota, uhhhh, la bludger de Crabbe le ha dado. Montague trata de alcanzarla, pero Fred le da ¡qué tino! Sí, señor, la tiene ahora Johnson. Angelina vuela en formación detrás de Katie y la chica Weasley, que le ha quitado el sitio a Spinnet esta temporada, algo bueno tiene que tener. Uffff, mala suerte, la bludger de Goyle golpea a Angelina y la recupera Pucey. Pucey alarga para Warrington, regatea a Katie, encara y se aproxima al aro...

Harry, que había subido para localizar la Snitch, trataba de escuchar los comentarios de Jordan, aunque lo que sí escuchó fue lo siguiente:

"Weasley nació en un basurero y todas las Quaffles le entran por el agujero, Weasley nos hará campeonar."

Harry Potter y la Orden del Fénix. 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora