Un abrazo cargado de emociones unió a Vincent con su mejor amigo, el reconocido abogado Iván Natsuki. Iván regresaba al país luego de unas merecidas vacaciones, y traía consigo una hermosa noticia ¡le había propuesto matrimonio a su novia Jenna! Quien felizmente, aceptó.
Si bien ya lo había felicitado con anterioridad por videollamada, nada se comparaba con la emoción de compartir este momento en persona. La oficina se convirtió en un lugar de risas y buenas anécdotas, acompañados por el aroma de café recién hecho.
En un momento de la conversación, la imagen del castaño saliendo enojado del Loft, se colaron en los pensamientos del CEO. No queriendo hacerlo, sintió preocupación y en toda la mañana, no se lo cruzó ni por casualidad.
—¡Oye!— bufó molesto el hombre de rasgos asiáticos, luego de que no le prestara atención.
—Lo siento, ¿decías?
—Tu mejor amigo se va a casar y estás con la cabeza en otro lado— palmeó amistosamente su rodilla antes de beber el café.
—Lo sé, no es nada importante— respondió con una sonrisa forzada, aunque no era bueno lo que hacía, ocultarle algo importante a Iván. —Mejor hablemos de tu despedida de soltero, ¿qué te parece Santorini? ¿O tal vez Las Vegas?
—Se supone que el destino es una sorpresa, creo, pero me agrada Las Vegas— comentó animado y luego se puso serio —necesito que me digas que es lo que te pasa. Me ausente de tu vida dos meses y parece que es un caos.
«Si tan solo supieras» habló una vocecilla en su cabeza. —Solo estoy preocupado y no sé por qué— bebió de la taza.
—Los negocios, Emma o ¿es otra cosa?— indagó el hombre, buscando respuestas en la mirada de su amigo quien lo pensó unos instantes y suspirando respondió. —Un poco de todo, todavía no firmé la cancelación del acuerdo prenupcial.
Hace unos meses estaba convencido de que casarse con Emma Lawrence, era lo que más anhelaba. Sin embargo, el fallecimiento del padre de la joven, cambió las cosas entre ellos. Ahora está embarazada y ese bebé no es suyo, aunque ella se niega a decirlo. Además, la presencia de Azriel alteró las cosas.
—Ya veo— asintió comprendiendo —tienes una semana para hacerlo o se pondrán muy pesados con eso. ¿Ella ya firmó? Sus abogados no contestaban mis emails o me ignoraban olímpicamente.
El rubio no estaba seguro, pero apostaba a que ya lo había hecho. Para cambiar de tema, le comentó que esperaba ansioso una respuesta positiva sobre nuevas inversiones con Alemania.
—¡Ah, sí recuerdo!— exclamó con convicción. —Sin duda aceptarán, no pueden ser tan exigentes— habló despreocupado — y en todo caso, ellos pierden.
Beaumont sonrió ante la confianza de Natsuki y le propuso que almorzaran donde siempre. Se despidieron y en cuanto el abogado se marchó, decidió buscar al castaño. Lo que no esperaba era encontrarse a Emma hablando con Jess.
La rubia vestía un traje color rosa pastel, resaltando su embarazo. Su cabello caía suelto por sus hombros, perfectamente peinado a ambos lados, y sus infaltables plataformas negras, aunque no tan altas como de costumbre. Como siempre, parecía seguir al pie de la letra el “antes muerta que sencilla".
Cuando la pelirroja se alejó, se le acercó con falsa amabilidad —¿A qué se debe que nos honres con tu espléndida presencia?
Sonrió ampliamente —¡Vincent! me alegra verte también y estaremos más cómodas en tu oficina— se acarició la barriga, no perdiendo esa sonrisa que lograba incomodar al CEO, quién tomó el bolso de la mujer y ambos subieron al ascensor.
Emma suspiraba de vez en cuando.
—Creí que esperabas un niño— Beaumont rompió el hielo.
Negó con la cabeza —será una hermosa e inteligente niña— habló emocionada.
—Y, ¿cómo lo llevas? ¿Ya van 7 meses?— cuestionó con cautela.
Asintió —cada experiencia es alucinante, pero en serio necesito que nazca ya, solo debo aguantar dos meses más y la tendré entre mis brazos.
En el pequeño silencio que se formó, ella le preguntó sobre el acuerdo prenupcial anunciando que ya lo había firmado y quiso saber por qué él demoraba en hacerlo.
—Estuve muy ocupado, pero lo haré esta semana, no te preocupes— aseguró.
—¿Acaso dudas?— atacó la mujer, cruzando los brazos.
—Solo pienso en el bien de mi empresa Emma y ¿no crees que merezco saber quién es el padre?— le dirigió una mirada rápida a la barriga de la mujer —ambos sabemos que no es mía.
Viró los ojos —que te importa, no es tu problema— espetó. —Y yo no me meto en tu vida— las puertas del elevador se abrieron y la rubia, bajó seguida por el CEO, quien le hablaba a su espalda.
—Pues debes decir la verdad— insistió —me haces quedar como una mala persona.
Se giró hacia él con una mirada fulminante. —No me alteres— advirtió y esperó a que le abriera la puerta de la oficina. Al ingresar se encontraron con una sorpresa; Azriel estaba allí.
De pie junto al escritorio, con los brazos cruzados y un papel escondido tras su espalda, el joven levantó la cabeza al escuchar la puerta. Vestía ropa informal y su expresión era una mezcla de confusión y decepción. La presencia de la embarazada, acompañada por el CEO, lo había dejado atónito.
La tensión en la habitación era palpable y los tres se miraron en silencio hasta que Emma fue la primera en hablar hacia el CEO, observándolo de reojo —no me dijiste que tenías una reunión, así pasábamos más tarde— soltó en una risita nerviosa.
Se acercó a Azriel con una sonrisa forzada y con un apretón de manos, se presentó.
—Hola, soy Emma, exnovia de Vincent —dijo con una sonrisa forzada—. ¿Tenías una reunión con él?
El nombrado palideció al oír lo que la mujer mencionó y el castaño se quedó mirándola sin saber qué hacer. Finalmente, tomó su mano y le dio un apretón.
—Un placer— dijo —no es una reunión, más bien para hacerle saber que me ausentaré unos días— lo observó —necesito que firme la autorización, como Rivas no está y si es posible, ahora por favor.
Lawrence tomó su bolso y se acomodó en el sofá. —Claro, yo me encargo— Vincent tomó el papel y pudo ver que le temblaba la mano.
Dos semanas, por razones médicas. Es lo que había pedido.
Emma le habló a Azriel —disculpa, ¿me puedes acercar un vaso con agua? Me cuesta un poco levantarme, los siete meses pesan bastante— sonrió.
«Siete meses» resonó en la cabeza del castaño, pero aun así hizo lo que le pidió.
Se acercó a Vincent, cuando ya había firmado la autorización y este le susurró “llámame”, pero no le hizo caso.
—Gracias y hasta luego— se despidió en voz alta y cerró las puertas tras de sí. Inconscientemente, se quedó unos segundos esperando a que él saliera, pero eso sería muy obvio, que los delataría, así que se marchó con el corazón hecho trizas.
«¿Exnovia? ¿Desde cuándo? ¿Un embarazo de 7 meses? Beaumont es un maldito mentiroso. No lo conozco tan bien como creí, únicamente compartió lo que le convenía y ¿para qué esperar una explicación? Si él mismo me pidió espacio», pensaba entre enojado y deprimido al bajar por el ascensor, sin imaginar que un infierno comenzaba a desatarse sobre ellos.
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Como están? Muchas gracias por cada estrellita😉🫶🏼

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10:35 [BL]
Teen FictionEn una sociedad donde la homosexualidad sigue siendo mal vista, Vincent y Azriel, se encuentran cada noche, a las 10:35. Sin embargo, aquel refugio donde la calma les permitía expresarse sin miedo, se vio empañado por la incertidumbre cuando uno de...