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Las siguientes horas fueron decisivas y tortuosas para todos.

La doctora Anne Grayson, de cabellos  oscuros y lacios hasta los hombros, donde se podían ver algunas canas. Vestía un ambo azul y sobre este, una bata blanca, donde eran grabadas en cursiva;
A. Grayson  Medical Health Center

Fue quien se encargó de avisarle al joven Natsuki de lo ocurrido y lamentablemente no tenía buenas noticias.

Vince se encontraba en la sala de operaciones, luchando por su vida. La bala, disparada a tan corta distancia, había impactado en su hígado, provocando un traumatismo severo. La complejidad aumentó debido a la fragmentación del proyectil, que había dañado parte del lóbulo izquierdo del órgano vital.

Si no conseguimos un donante compatible en las próximas horas, las posibilidades de que sobreviva son nulas", sentenció la doctora Gray con un tono cargado de preocupación.

Ivan, acompañado por Jenna, no dudaron en ofrecerse como donantes. Sin embargo, las pruebas de compatibilidad arrojaron resultados negativos. La misma desolación invadió a Jess, cuando Natsuki le comunicó la situación.

La desesperación se apoderaba de ellos mientras observaban la puerta de la sala de operaciones, esperando con ansias cualquier señal que indicara el progreso de la intervención.

Mientras tanto, los médicos continuaban haciendo lo posible por estabilizar a Beaumont y el pronóstico seguía siendo reservado.

Jenna se ofreció a buscar café para aliviar la tensión y el agotamiento que se apoderaban de ellos. La situación de Vince no mostraba cambios.

—¿Crees que debo avisar a sus abuelos?—Iván, totalmente abatido le preguntó a Jess.

La pelirroja soltó un suspiro antes de responder —no lo sé, ¿qué diría el señor Beaumont? Seguro nos pediría que no los preocupáramos y…

—¿Y si mi mejor amigo se muere?— la interrumpió con la voz temblorosa.

—No digas eso, Iván, por favor— respondió con firmeza. —Ese hombre es invencible y primero debe encontrar el amor…

—Y organizar mi despedida de soltero— agregó Natsuki con un tono de humor forzado en un intento de aliviar la tensión. —¿Irás a mi boda, verdad?

—Ahí estaré— respondió con una sonrisa tenue—. Encontraré a alguien con quien ir, o lo haré sola. ¡Una fiesta es una fiesta!

En ese momento, la novia del abogado regresó con las bebidas calientes, y la doctora se les acercó, su rostro marcado por la aflicción.

—Todavía no hay noticias de un donante— informó abatida y jess le tomó de la mano en señal de consuelo. —Vince sigue en cirugía y ya lleva cuatro horas.

La doctora, conocía al rubio desde hacía tiempo y lo apreciaba profundamente, no podía ocultar su preocupación. Esperaba que cuando él despertara, la reconociera, pero la incertidumbre atormentaba.

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Azriel despertó de un sobresalto. El corazón le galopaba a mil por hora y la acalorada discusión con el CEO resonaba en su mente, al igual que el disparo.

Un rugido escapó de su garganta al verse de nuevo atado a la silla. Esta vez, una tela gruesa cubría su boca, ni siquiera podía mover los labios, una gélida sensación recorría su abdomen y sus pies entumecidos. Se molestó al notar que no llevaba camiseta ni zapatos, solamente sus jeans.

Los brazos, ya los tenía acalambrados por la posición incómoda, «¿por qué mierda me pasa esto? ¿Qué hice mal?», pensaba mientras echaba la cabeza hacia atrás en un vano intento por aliviarse.

10:35 [BL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora