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Aquí es donde comienza mi historia, una larga historia que parece interminable...

Con el cielo brillante de la mañana en Seúl, una pequeña chica dieciocho años —nacionales— se levantaba de su cama. Las cobijas seguían tibias lo que le hacía difícil el despertar, en cambio su celular no dejaba de sonar ¿Su alarma? O ¿Una llamada? No lo sabe, porque accidentalmente puso el mismo tono para ambas cosas

—Ya despierta o llegarás tarde —le advirtió una voz masculina del otro lado de la puerta de su habitación

Se quejó como respuesta sin importar que haya sido transmitida correctamente.

—Ya cállate, mierda —se quejó tomando el celular para saber que la molestaba

Era la alarma.

Irritada puso los ojos en blanco y volvió a acobijarse, sin embargo, con los rayos del sol entrando por la cortina mal cerrada y el constante sonido de los zarpazos de su gato del otro lado de la puerta no la dejaron conciliar el sueño.

—No debí quedarme despierta hasta las dos —se quejó mientras se levantaba y estiraba

Caminó arrastrando los pies buscando su uniforme y ropa interior limpia, abrió la puerta de su habitación para que un pequeño gato rayado color gris se atravesara entre sus pies haciéndola tener cuidado de no pisarlo. Lo tomó entre sus manos y le dio un beso de buenos días

—¡Voy a bañarme! —gritó para que su hermano no fuera a buscarla

—¡Es un milagro! Cuidado y al rato llueve —advirtió desde la cocina

No hay nada mejor que un baño por la mañana en cuanto despiertas, el agua caliente recorriendo tu cuerpo aliviándote de una pequeña noche sin poder descansar correctamente. El vapor la arrulló dándole la idea de quedarse dormida de pie bajo la regadera, sin embargo, que haya inhalado algunas gotas de agua la hizo despertar completamente; aun con el vapor pegado en el espejo se secó ese corto cabello negro como el carbón con la secadora, se vistió luego de untarse su crema favorita en todo el cuerpo, y cabe resaltar que esta niña no es de las que usan la ropa interior combinada, es más, a ella le gusta usar bragas con dibujos, y la que se ha puesto es de Mickey Mouse.

Una vez terminó de alistarse, bajó corriendo las escleras pues ya se le hacia un poco tarde para reunirse con sus amigos en el punto de encuentro

—Regreso más tarde de lo normal —le dijo su hermano mientras bebía de su taza llena con café semiamargo

—Yo me preparo de cenar, no te preocupes —igual que él, bebió de su café ligeramente endulzado.

—Tampoco quiero que estés tarde, le preguntaré a Damian si regresas pasado de las ocho.

—¿Vas a regresar muy tarde?

—Tengo una reunión de equipo y después tengo una cita con Chris.

Volvió a subir para lavarse los dientes, tomar su celular y mochila. Se despidió con un beso de su hermano y del gato Limbo para después salir corriendo con precaución de no chocar

***

—Vamos a llegar tarde —se quejó uno de sus amigos al verla

—Lo siento, las cobijas me tomaron como prisionera.

—¿Es enserio? ¿Tus cobijas cobraron vida? —preguntó el más alto asombrado

Los otros dos se miraron a los ojos sin saber que decir

—Algo así, luego te doy detalles.

Juntos caminaron rápido para apresurarse a llegar a la escuela

—¿A qué hora te dormiste, Ha-yan? —preguntó el mayor sin detener sus pasos—. Pareces vampiro, ojerosa y pálida como ellos.

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora