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—Hay algo que debes de saber, Ha-yan —dijo el hombre parado en la orilla de la viga—. Tal vez ya lo sabes, pero quiero aclarar que tu padre y yo fuimos amigos en el pasado.

—Lo sé —respondió con una suave sonrisa pensando en la foto que miró en uno de los cajones del escritorio de su jefe. Encontró esa foto el día que Charles le pidió un documento y lo buscó por todas partes.

—Y ambos pertenecimos a la misma pandilla de Gapryong Kim, el padre de Jake Kim.

—¿Me ha llamado para aclararme eso? —preguntó con calma

—Se que su hijo y tu son muy cercanos, me sorprende bastante —la miró de reojo—. No imaginé que ustedes dos lo serían, ¿Cómo se conocieron?

—Fue gracias a que Gun lo hizo formar parte de los cuatro grandes, me pidió que me encargara de su distrito y con el paso del tiempo nos volvimos así —mintió—. Sin embargo, no entiendo la necesidad de contarme esto.

—No hay una razón en específico —sonrió cuando el cálido viento de la noche acaricio su rostro—, solo recordaba los viejos tiempos. Tu padre era muy cercano a Gapryong, pero no tanto como lo era conmigo, a veces me imagino que, si Edward no hubiese sido un idiota obstinado, tal vez hubieses sido la mejor amiga de Cristal, Jake y tu hubiesen sido amigos y también ese otro niño...

Ha-yan se acercó unos pasos, casi quedando a la par de su jefe. Parecía que ese día fue muy sentimental para ella, o simplemente se acercaba esa fecha de cada mes que la pone muy emocional.

—¿Por qué no lo detuvo? ¿Por qué ningún lo hizo? —preguntó con el corazón en su garganta

—Cuando conocí a tu padre, ambos compartimos un mismo sueño, éramos los más fuertes hasta que llegó Gapryong, no perdimos una pelea física, en cambio, sentimos que si nos enfrentábamos a él íbamos a morir ¿conoces ese sentimiento? —ella negó—. Por supuesto que no. Yo abandoné ese sueño por un tiempo, pero tu padre se obsesionó por ser como Gapryong, y sin importar que hiciera jamás logró ser como él.

—Menudo imbécil —murmuró

—Sí... lo es. Edward me contó que, si él no puede ser fuerte, entonces hará que su hijo supere a Gapryong, y si no puede contra él, entonces sería contra su legado, por eso hizo lo que hizo contigo, por poder.

Charles hizo una pausa, miró de reojo a la niña y sintió su corazón estrujarse. Tal vez la vejez lo ablandó.

—Tu padre enfrentó a Gapryong en un arranque de rabia, siempre creí que tu padre era invencible, en todos los años que lo llevaba conociendo, nunca lo vi perder, hasta ese día.

Así como lo describe, Samuel parece más su hijo que yo.

—Cuando tu padre comprendió que no sería más fuerte que él, se marchó al servicio militar...

—Pero no se detuvo —murmuró mientras un par de lágrimas escapaban

—Su obsesión se volvió una locura, no entiendo que esperaba obtener de un niño más fuerte que él ¿venganza? —sacó un pañuelo de su bolsillo y se inclinó para limpiarle las pequeñas gotas de frustración que recorren las pálidas mejillas de Ha-yan—. Edward creyó que un matrimonio arreglado podría arreglar las cosas con Gapryong, le presentó a su hija, quien heredó todo su potencial, explotada y marginada para que ella pudiera superarlo cien veces más y todo con el plan de que en un futuro, ella se convirtiera en una pesadilla para el legado de su antiguo amigo.

—P-Pero tengo entendido que el señor Gapryong tenía un buen corazón, él no hubiese dejado que eso pasara ¿Por qué no lo volvió a detener? ¿Por qué usted no lo detuvo? Es más ¿Por qué me está ayudando a ocultarme de él?

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora