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—Será mejor que tengas mi dinero, perra— entró gritándole a Gun

—¿Qué haces aquí? —preguntó dejando de fumar

—No actúes como si lo hubieras olivado —sus pasos violentos sacudieron el suelo mientras se acercaba a Gun—. Paga lo que me debes, los 60 mil millones.

Exhaló el humo del cigarro y la miró con su típica mirada seria.

—¿Por qué no fuiste con Goo? Él tiene el dinero.

—¿De dónde crees que vengo? Fui demasiado amable cuando se los presté y no les pedí intereses.

Ha-yan estaba enojada, hace un mes le prestó 60 mil millones a Gun y a Goo porque prometieron pagarle al finalizar el mes, no sabe para qué le pidieron ese dinero, ya que, según ella, ese dúo ha de tener hasta más. independientemente de eso, no pude permitirse que excedan el plazo del pago, pueden ser sus amigos, pero una promesa de pago es algo que los tres deben de respetar, de lo contrario ¿Cómo esperan que las pandillas les paguen en tiempo y forma si ellos no dan el ejemplo?

—Si esto sale como quiero lo tendré al finalizar el próximo mes —explicó dándose vuelta

—Tardé cinco horas para encontrar este lugar de mierda, otras tres en lo que llegaba al distrito a pie porque se descompuso mi moto y olvidé mi cartera, entro y estás en ropa interior mientras hay un mocoso mal herido en el suelo y me dices que me vaya sin mi dinero ¿Crees que soy estúpida? —volvió a gritar

Gun la miró a través de sus lentes haciendo una mueca

—Entonces quédate, si quieres tu dinero supervisa a tu nuevo subordinado para que sea más rápido.

—Ese es tu trabajo, cabrón de mierda.

—Como sea, necesito un baño —dijo eso y se marchó dejándola con las palabras en la boca

Ha-yan se acercó al chico de cabello negro y maltratado que estaba tendido en el suelo, lo miró por algunos segundos esperando que Gun no lo hubiese matado en un arranque de fuerza, pero el chico parecía estar bien.

—Lo siento, puede ser un exagerado en esto de entrenar a su sucesor —le extendió la mano para ayudarlo a levantarse—. Le fascinan las personas fuertes.

—No necesito de tu lastima, eres igual que él ¿A que juegas con eso? —dijo con dificultad cuando se levantó luego de aventar la mano de Ha-yan evitando su ayuda

—No soy como él —musitó cuando se fue

No tenía de otra más que quedarse en ese lugar sucio y apestoso a sudor varonil, Gun se fue por varias horas y ahora ella se quedó como encargada sin poder rechazar la oferta; algunos días pasaron, conoció a algunos integrantes del nuevo equipo y escuchó historias del líder, pero nada le eso le importaba, solo debe de asegurarse en tener de vuelta su dinero. Y cuando las noches llegaban, salía al callejón al lado del edificio, oculta entre las sombras y mirando las estrellas, saborea el sabor amargo de la nicotina, un par de veces se maldijo internamente tras quedar atrapada en esa situación y por fallar en hacer un aro de humo. Solo que esta noche sería distinta.

Luego de varios intentos, decidió entrar para saber cómo van las cosas, es trabajo de Gun y Goo dedicarse a los equipos, no el de ella, pero con Goo en... donde sea que esté, ahora ella tiene que ayudarlo. Cuando comenzó a caminar a las afueras del callejón, una voz molesta la hizo detenerse, estaba escuchando risillas y groserías de un joven al que poco miró cuando llegó, así que se quedó quieta unos segundos antes de decidir acercarse por completo.

Se acercó por su espalda lo más silencioso posible para que su presencia no fuera detectada, miró que posee un celular en cada mano fingiendo ser alguno de esos contactos, o tal vez los dos, leyó un poco la conversación y para su gusto, lo que este chico estaba haciendo es imperdonable.

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora