26 pt.2

33 5 1
                                    

Advertencia: Este capítulo contiene descripciones de VIOLENCIA FÍSICA y temas relacionados ABUSO SEXUAL. Si estos temas te resultan sensibles, procede con cautela o considera saltarte este capítulo

Luego de llegar a su apartamento, se sacó la ropa ni bien cerró la puerta, aventándola directo al fregadero y llenándolo de agua. Buscó la botella de cloro con la que limpia la señora, a quien contrató para que mantuviera impecable el lugar, y vertió la mitad del líquido.

Dejó la ropa ahí toda la noche, se metió a bañar y se acostó a dormir mientras pensaba en lo que sucedió.

La mañana siguiente se despertó tarde, no había escuchado las llamadas de Damian, o los incesantes mensajes de sus amigos preguntando si todo estaba bien. Solo se levantó rápido, se peinó y buscó su overol anaranjado. Pero no estaba por ningún lado, lo había perdido y no sabe en qué parte del lujoso lugar lo dejó.

Tuvo que optar por su uniforme de verano, la falda gris y la camisa blanca. No llevó el saco, en cambio, se llevó puesta una sudadera verde, se colocó sus converse negros y luego de terminar de arreglarse, corrió hasta la estación del autobús.

Llegó dos minutos antes de que cerraran la escuela y le pusieran un retraso, caminó con el corazón acelerado por la carrera hasta su salón y Jace la recibió con un regaño.

—Creí que no llegabas —le dijo el orejón

Las clases fueron las misma de siempre, el mismo argumento y las mismas peleas entre el comportamiento del departamento y el tutor del grupo. Tuvo un examen de cálculo integral, y estaba segura de que no habían visto nada de eso en clase; estaba segura de que pasaría con 80 u 85 puntos y que Jace tampoco lo reprobaría, pero el resto del salón... bueno, ellos estaban calvos del estrés.

A la hora del almuerzo dejó su sudadera en su escritorio, le había dado calor con tanto ajetreo; siguió a Vasco y a Jace hasta el comedor escolar, donde se sentó con todos sus amigos del departamento de moda, donde hablaban de su guerra entre pandillas.

Ha-yan les prestaba atención, pero estaba más concentrada en cada bocado de la comida, ya que en la mañana no logró comer nada, solo se lavó los dientes y salió del apartamento...

¿Le puse llave a la puerta? Se preguntó dejando el tenedor enterrado en el puré de papa. Encogió lo hombros y siguió comiendo.

—Ha-yan ¿Qué le pasó a tus manos? —le preguntó Zack

—¡Cierto! Ayer dijiste que no le apagaste a la estufa —exclamó Zoe—. ¿No se te quemó tu casa?

—No, todo estuvo bien —respondió intentando recordar si esa fue a excusa que puso la noche anterior—. Mi hermano me regañó, realmente me lo merecía.

—¿Peleaste con él? —preguntó Daniel señalando las heridas de los nudillos de la chica

—Con mi otro hermano —respondió—. Iba de regreso al karaoke cuando el baboso de mi hermano me llamó porque se metió en una pelea —mintió tragando su comida

Lo peor de todo es que le creyeron

Mataré a quien se atrevió a tocarlas

—Descubrí otra amenaza —habló Jace—. Aun no descubro como están ligados a los cuatro equipos, pero entre más investigo de HOSTEL, su nombre no deja de aparecer en la boca de muchos.

—¿De quién se trata? —preguntó Daniel concentrado

—Voy por agua —dijo Mira levantándose y llevando al resto de las chicas—. No deberíamos escuchar esas cosas, solo nos hará mal saber en qué líos se meten.

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora