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Hay una forma peculiar en la que Ha-yan y sus compañeros aprendieron a despedirse de aquellos a los que no pudieron decirles un adiós. Cuando era imposible recuperar un cuerpo o cuando el comandante se negaba a darle una apropiada sepultura, pero incluso fuera del campamento seguían usándolo en ocasiones donde las palabras eran sofocadas por la tristeza.

Una suave melodía que intenta imitar el canto de un pájaro que escucharon una vez en el bosque, un silbido al aire que desaparece con el alma de a quién despiden.

—Él nunca me agradó —dijo mientras miraba el mar desde el muelle en aquel lugar en Gangseo, se sentó a la orilla mientras sus pies golpearon las rocas que hacen de rompeolas.

Prendió un cigarro, pero no lo llevó a sus labios. En lugar de eso, levantó la botella de soju como si saludara al mismo mar y luego le tomó un trago sintiendo como el licor le quema la garganta. Sus ojos se perdieron en el horizonte, donde el cielo se fundía con el mar y siguió pesando en que esa mañana fue el funeral de Olly

—Pero fue mi compañero por un largo tiempo, nos llevábamos mal, pero sabía que contaba con él para hacer algo bueno... ese maldito hizo un buen trabajo... —cerró sus ojos y comenzó a silbar

La melodía flotó en el aire, notas agudas y suaves que se llevaba el viento como un susurro que se pierde entre el sonido de las olas rompiéndose contra las rocas, se llevaba la nostalgia de haber perdido a alguien, que, a pesar de no ser bien recibido en su corazón, fue alguien que no debía de partir tan rápido.

—No creo que sea allá a donde vayas, si es que existe el "cielo", obviamente —dijo regresando su vista la mar y dejando el cigarro en una de las rocas hasta que se consumiera—. Pero si pudiera haber hecho las cosas bien y si le hubiese dicho a Eli aquella noche lo que le dijiste a Heather, tal vez las cosas no hubiesen terminado así...

El cigarro terminó de consumirse y se levantó

—Debemos irnos, la esperan en otra parte —dijo Damian, también vestido de negro—. Me comentaron que Gun Park fue a buscar a Eli Yang al edificio de HOSTEL.

—¿Ya lo encontró? —preguntó sorprendido

Damian asintió

—Debe de prepararse para un regaño de Gun —dijo notablemente molesto—. Él ya sabe que usted escondió al joven Yang.

Ha-yan hizo una mueca de horror al imaginarse lo que estaba por escuchar.

El día siguiente en la escuela, cuando todos estaban reuniéndose a la hora de salida, Daniel esperaba paciente en la salida a Ha-yan, recargado del portón mirando por encima de las cabezas de todas las chicas que lo rodean y le piden el número.

Al verla, comenzó a caminar entre las chicas pidiendo permiso al pasar con mucha amabilidad. Miraron sus pasos, y después miraron a Ha-yan con recelo "¿Qué le ve?" se preguntaron todas al ver como Daniel parecía hipnotizado por la presencia de su amiga

—¿Podemos hablar? — preguntó preocupado mientras señalaba con la mirada algún lugar más privado. Ha-yan asintió y lo siguió lejos del bullicio

—¿Qué sucede? ¿Está todo bien? ¿Alguien te lastimó? —miró al lado de él esperando ver a algún posible agresor

—No, no es eso —dijo con la voz suave para tranquilizarla—. ¿Cómo conoces a los lideres de los cuatro grandes y a Gun?

—Que buena pregunta —dijo regresando su mirada a él—. ¿Por qué quieres saber?

—Es extraño, tú lo sabes todo, pero ¿Cómo? Y ¿Cómo es que los conoces?

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora