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*Las palabras en negrita son en otro idioma, recuerden que se basa en corea del sur*

[Día de acción de gracias]

El día de Acción de Gracias envolvía a la familia de Ha-yan en un ambiente cálido y reconfortante. La casa estaba adornada con colores otoñales, con hojas de maple decorando la mesa y velas perfumadas que llenaban el aire con un aroma acogedor. La mesa estaba dispuesta con un festín de sabores, desde el pavo asado y el puré de papas hasta el pastel de calabaza.

—¿Quién hizo la cena? —preguntó emocionada cuando terminó de acomodar los platos en la mesa.

—Yo, por supuesto —dijo Seung-ho con orgullo

—Prefiero la comida de Chris —hizo cara de asco con la respuesta de su hermano

—Malcriada —amenazó Seung-ho con una cuchara

—Que bien, porque fui yo quien realmente hizo la cena —mostró su plato principal con orgullo

—Es un alivio, creí que pasaríamos el resto de mes internados en el hospital por intoxicación.

En la mesa del comedor, Ha-yan se encontraba con su hermano mayor, Seung-ho, quien estaba compartiendo risas y anécdotas con Chris. El eco de sus risas llenaba la habitación, creando un ambiente de alegría y romántico. Los dos hombres intercambiaban historias mientras disfrutaban de unas bebidas, compartiendo momentos especiales en esta reunión.

Limbo, el gato, se acurrucaba cómodamente en una esquina de la sala, observando la escena con curiosidad felina. Aunque no podía participar en las conversaciones humanas, su presencia añadía un toque adicional de calidez al ambiente.

Las ventanas estaban adornadas con decoraciones otoñales que dejaban entrar la luz dorada del atardecer, creando un ambiente aún más acogedor. La música suave de fondo añadía una melodía suave a las conversaciones y risas, completando la experiencia de un Día de Acción de Gracias verdaderamente especial.

En medio de la charla y las risas, Ha-yan se sentía agradecida por la compañía de su pequeña —diminuta— familia, por la comida deliciosa y por la calidez de este día festivo.

Era un recordatorio de la victoria silenciosa, de todo por lo que Seung-ho y Ha-yan tuvieron que sufrir para tener lo que tienen ahora, y ambos están conscientes de cuán importante es que ambos han permanecido juntos, del amor que ninguno perdió a pesar de la oscuridad en la que estuvieron.

—Todo es gracias a este narizón —dijo Seung-ho ebrio mirando a Chris—. Sin él, yo no estaría aquí y tampoco tendríamos una buena comida.

—Ya ve a dormir —le pidió Chris mirándolo con tanto amor que Ha-yan sentía que desbordaba por las cuencas marrones de su cuñado—, luego te duele bastante la cabeza.

—Solo me duele la cabeza cuando te tengo lejos, mi amor —eso ultimo "Mi amor" una palabra que poco suele usar en el primer idioma que Seung-ho aprendió—. Cuando ustedes dos están lejos de mí, todo se vuelve un infiernooOo... amo a mi novio y a mi hermanita...

Tener sus primeros años de vida estando con una madre de habla español, le ha resultado útil para decir cosas de las que se avergüenza.

—Voy a salir —le avisó a Chris al ver como Seung-ho no paraba de besarlo—. Llego antes de medianoche.

—¿A dónde vas?

—Le llevaré comida a un amigo —buscó unos recipientes y comenzó a llenarlos de toda la comida—. No se emocionen mucho, tienen como tres horas hasta que regrese.

Al decir eso se marchó tomando la mochila de la entrada en donde guardó sus cosas y caminó a un lugar del que nadie sabe que frecuenta.

Un pequeño apartamento, en donde un chico de su misma edad vive con una bebé.

Tocó la puerta tres veces, y escuchó un grito que le pedía que esperara un poco.

Cuando la puerta se abrió, Ha-yan miró a una bebé en brazos con el cabello lleno de espuma.

—¿Hora del baño? —preguntó sonriente

—Mi hora de baño, pero Yenna no se está quieta.

—La cuido en la que te bañas —mostró la mochila—. Traje comida para ustedes.

Eli la dejó pasar y antes de cerrar procuro que nadie la haya seguido, caminó con la bebé en brazos hasta la sala de estar y la dejó en el sofá.

—¿No estarías con tu familia?

—Ustedes dos también son mi familia —respondió desde la cocina—. Mi cuñado cocinó, aprovecha este milagro.

Eli la alcanzó en el comedor, mientras sacaba los recipientes y la abrazó por la espalda

—Gracias —murmuró ocultando su rostro en el hombro de su amiga.

Ha-yan palmeó la cabeza del chico y le pidió que se apresurara a ir a bañarse o la comida se volvería a enfriar. En el tiempo que esperaba comenzó a jugar con Yenna, a su tan amada "sobrina".

Ocean Eyes «LOOKISM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora