Capítulo 2: En privado

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               Nada más llegar al hotel, nos bajamos y fuimos directas a mi suite. Yo prefería una habitación normal, pero Carla insistió en esa suite por fastidiar un poco al programa tras tantos requisitos y presionar con su presencia obligada. Si la querían allí, iban a tener que pagarle bien y sobre todo tratarla bien. Además, también era una cuestión de seguridad. Esa planta y la inferior eran las únicas en donde podían acceder sólo miembros del hotel, gente con permiso especial y los propios huéspedes de las habitaciones. Ya había tenido varios sustos con haters y no podía permitirme que volviera a ocurrir. En esa planta nos quedaríamos: yo en la única suite principal que constaba de dos plantas, Violeta estaba en otra suite a mi lado por desgracia, Ruslana, Bea y Martin pidieron compartir otra justo en la planta inferior y Paul también estaba en mi planta. El resto estaba en habitaciones individuales en las plantas inferiores del hotel.

No voy a negar que la suite era impresionante, un lujo con todo tipo de detalles. Era como un piso moderno, jugando con cristaleras, espejos y tonos oscuros y había muchas plantas imitando a una selva. Tenía dos plantas con sus respectivos salones, terrazas, habitaciones y baños más grandes que las propias habitaciones. En la planta de arriba además tenía gimnasio privado y piscina exterior e interior. Cada planta contaba con entrada privada exterior para poder acceder directamente sin tener que pasar por la otra planta y una puerta interior que se podía cerrar para dar privacidad entre plantas. En la de abajo se quedaba mi mánager y en la de arriba que era más completa me quedaría yo, ya que seguramente tuviese visitas de otros compañeros de OT y con cámaras para grabar la convivencia. Esa planta daba más juego y así, sería más sencillo todo.

Tengo que reconocer que las vistas a Barcelona desde esa terraza eran impresionantes, se podía ver ya desde el vestíbulo de la entrada a la suite. Delante del hall de entrada estaba el salón con una cristalera enorme que daba acceso a la terraza. Había tres habitaciones con sus respectivos baños a los lados del salón, dos a la derecha y la principal a la izquierda. A la derecha del hall justo había una puerta que daba a las escaleras que bajaban a la primera planta exactamente igual a esta, pero sin el gimnasio privado y la piscina cubierta que se encontraba al lado de las dos habitaciones. La piscina cubierta era una fantasía y tenía también vistas a toda Barcelona a través de la cristalera. La puerta que daba acceso a la planta por el interior pedí que en principio permaneciera cerrada para tener algo de sensación de privacidad. No es que no confiase en mi mánager, pero acostumbrada a vivir sola, quería mantener esa sensación allí también. Si quería ver a mi mánager ya la llamaría para subir o podría ir por fuera y timbrar en la puerta principal.

Me fui directamente al minibar, me cogí una cerveza y me fui a sentar a la terraza. Ésta seguía la dinámica de la suite, llena de plantas y muy moderna. Tenía una piscina exterior con jacuzzi que tenía toda la intención de sacarle partido este mes. Aún no era verano, pero hacía un día de sol y calor espectacular, aunque ya se estaba haciendo de noche. Me senté en una silla a observar las preciosas vistas y empecé a tomar tranquilamente la cerveza. Luego quería hablar con mi madre para explicarle lo ocurrido y que me diese su opinión. Así después, junto con Carla, decidir los pasos a seguir tras los cambios que solicitaban. Pero ahora mismo, necesitaba bajar mi ansiedad tras ver a Violeta. Había sido más duro de lo que esperaba y tenía muchas cosas que gestionar. También debería llamar a mi psicóloga de urgencia. Ya me estaba imaginando su cara de "ya sabía yo".

-Yo me voy ya a mi planta a ducharme y cambiarme para la cena-comentó Carla-luego si quieres hablamos todo con calma y vemos qué pasos seguir.

-Vale, así también puedo hablar con mi madre primero-mi móvil empezó a sonar y tras fijarme vi que era mi madre-hablando del rey de Roma-dije mientras cogía el teléfono.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora