Capítulo 32: Desconectar

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Cuando abrí los ojos, lo primero que vi hizo que mi corazón se acelerara ligeramente, pero por una buena razón. Kiki se encontraba desnuda frente a mi mientras me cogía las manos como si no quisiera que me alejara de ella. Aunque tampoco iba a hacerlo. Su cara estaba totalmente relajada mientras un mechón de pelo le caía por ella. La imagen me generaba entre ternura y felicidad. Podía asegurar que esa mujer, era mi persona. Mi alma gemela sin lugar a duda.

Solté una de mis manos ligeramente para apartar ese mechón de su cara con delicadeza y colocárselo detrás de la oreja. Escuché como Kiki cogía aire y lo soltaba de golpe como relajándose, pero seguía durmiendo. Luego cogí la sábana que tenía a la altura de la cintura y se la subí para tapar su cuerpo y evitar que pudiera cogerle el frío.

Pensé que ojalá pudiese parar el tiempo en ese momento. Que pudiese detener todo lo ocurría fuera de esas cuatro paredes y que Kiki pudiese tener esa cara de paz siempre. Quería protegerla de todo lo que la hacía sufrir, pero por desgracia ahora mismo había cosas que escapaban de mi control.

Me acerqué para dejarle un beso delicado en la frente y me dispuse a salir despacio de la cama. Había cosas que no podía cambiar, pero lo que si podía hacer era aprovechar esos momentos y hacerla la mujer más feliz que pudiese. Eso empezaba con llevarle un buen desayuno a la cama que sabía que le iba a encantar. Me puse el albornoz por encima de mi cuerpo desnudo y salí de allí para poder hablar con el hotel sin molestar a Kiki.

Cuando me acerqué al sofá del salón pude ver que allí se encontraba María con muchos papeles encima de la mesa. Estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que me acercaba a ella. Pude ojear que tenía un expediente de David encima de la mesa, también de un chico joven que me parecía el que detuvieron ayer en el cine, también tenía fotos de Salma, Lucas y Juanjo. Parecía tener fotos de algunos más pero no los distinguía con los papeles por encima tapando. No sabía muy bien que significaba todo eso, pero preferí no darle muchas vueltas.

-Buenos días, María- saludé para llamar su atención y que se diese cuenta de que estaba allí. Ella se asustó en un primer momento, pero luego carraspeó con la voz para disimular y me miró.

-Hola, Violeta- dijo sonriéndome con cansancio. Se veía con ojeras importantes, parecía que había dormido poco- Estaba tan centrada que no te escuché llegar -vi como disimuladamente guardaba todos los papeles dentro de una carpeta intentando que no viera demasiado- ¿conseguisteis descansar algo?

-Si, dentro de lo que cabe si -dije sonriéndole - ¿Noche dura?

-Un poco, demasiado información, pero nada que nos resuelva las dudas. He estado casi toda la noche con Fernando intentando sacar algo en claro, pero todo se ha complicado -me explicó- Las redes, los periódicos, hasta los políticos se han hecho eco de la situación y todo eso solo hace que dificultar nuestro trabajo. Incluso se están planteando muy en serio cancelar el resto de la gira-dijo suspirando con fuerza.

-No he visto fotos ni videos, pero supongo que la situación fue lo suficientemente impactante para que se esté haciendo eco. Parecía aquello una masacre- comenté recordando cuando nos sacaron de allí todo el mundo manchado de rojo. Parecía una película de terror.

-Sin duda, fue la gota que colmó el vaso y ahora solo se habla de eso y de quien estará yendo tras vosotras-comentó María.

-Lleváis siendo TT desde anoche las dos -comentó ahora Laura que entraba en la sala junto con Carla- tenéis a todo el mundo angustiado con vosotras por saber qué pasa con esos ataques.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora