Capítulo 22: Poco a yopo

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Nos encontrábamos todos en la terraza tomando algo y esperando a que llegaran Rus, Bea y Martin para pedir de comer. Acababan de avisar a mi madre que estaban en taxi de camino. Como me habían recomendado no mirar el móvil de momento, todos los mensajes importantes se los enviaban a Carla o a mi madre. La verdad es que agradecía poder estar un poco desconectada de todas las redes en estos días complicados.

Hacía un día espectacular de sol y estábamos disfrutando del buen tiempo. Yo tengo que confesar que tras haber soltado todo lo que tenía dentro en el momento del piano y la "magic shower" posterior con Vio, me encontraba más relajada y de mucho mejor humor. Se notaba en el ambiente de la conversación que no era tan cargado como en el avión. También, tenía esperanzas puesta en esa doctora de que pudiera conseguir recuperar la movilidad de mi mano. Todo eso hacía que estuviese más accesible y participativa.

-Estaba pensando-empezó a decir Carla- que podíamos aprovechar a haceros una foto para las redes. No sé qué hicisteis en este rato, pero se os ve muy radiantes-dijo picando de broma. Yo me puse ligeramente roja pero Violeta se quitó las gafas de sol para darle más impacto al momento y le dijo.

-Posiblemente lo mismo que vosotras dos, que ya me enteré de que compartís habitación abajo- yo creo que el zasca se debió de escuchar en toda Barcelona.

-Es para dejar una libre para los guardaespaldas, así pueden descansar sus turnos y no hay que coger otra habitación-contestó Laura ahora, que había pillado al vuelo a Violeta.

-Que consideradas sois-dijo y volvió a ponerse las gafas de sol.

Mi madre empezó a reírse bajito ante el intercambio de pullitas y luego me miró. Yo decidí levantarme y acercarme a ella mientras las otras tres seguían con su "discusión" sobre aprovechamiento de tiempo y espacio. Me senté en el regazo de mi madre como si volviese a ser su niña pequeña y ella me abrazo dejándome un beso en la cabeza.

-Perdón Mamá, no quise ser tan ruda antes-le dije triste.

-No te preocupes, cariño. Entiendo que la situación es difícil y que tendrás tus momentos-contestó de forma comprensiva.

-Si, pero tú también lo has pasado muy mal y no fui comprensiva contigo-contesté dejándome querer un poco por mi madre.

-Estás perdonada. No te preocupes por ello-dijo sonriéndome – Ahora cuéntame ¿Con Violeta todo bien?

-Si, Mamá. Mejor que bien-y me salió esa sonrisa tonta mientras ambas mirábamos a Violeta hablando con nuestras mánager que seguía con sus picadas - Has hablado con ella ¿verdad? He notado un cambio de actitud por parte de ambas. Como que habéis bajado la guardia entre vosotras.

-Lo importante al final eres tú, cariño-contestó mi madre ahora mirándome- Así que hemos hablado mientras tu descansabas en el hospital. Si a ti te hace bien, que está claro que lo hace, para mi es lo más importante-terminó de decir mi madre.

-La quiero, mamá, y me completa. Es un apoyo muy importante ahora mismo-dije pasando mi mirada de Vio a mi madre y luego volviendo a verla.

-Lo sé- contesto simplemente mi madre. No hacía falta decir mucho más al respecto. Se veía en todos nuestros gestos que mis palabras eran verdad. Por parte de ambas.

No se sabía muy bien quien iba ganando aquella conversación de las tres, pero fueron interrumpidas por el sonido de la puerta. Me levanté y mi madre también para ir abrir. Seguramente fuera Bea, Rus y Martin.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora