Capítulo 31: Lluvia Roja

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Nos encontrábamos en el primer piso de aquel teatro esperando para ver la obra. Como querían tenernos a todos controlados, nos reservaron un espacio justo en frente del escenario donde cogiésemos tanto los 16, como los mánagers y productores. Lo vendían como seguridad para todos, pero realmente era porque si todos estaban vigilados, teóricamente no debería pasar nada.

La tensión se notaba en el ambiente y sobretodo, en algunos otitos que no les hacía mucha gracia toda la situación que estaba ocurriendo con nosotras. Me parecía de poca empatía echarnos la "culpa" por los cambios de planes y la poca libertad que tenían ahora. Sobretodo porque las que casi acaban mal en el escenario fuimos nosotras dos y Chiara tenía una grave lesión a costa de ello.

Suspiré para tratar de no cabrearme por esos pensamientos. Toda la situación era totalmente injusta hacia nosotras y por mucho que tratase de mantener la calma era muy difícil. Kiki estaba sentada a mi lado y me tenía cogida la mano mientras atendía a la conversación que mantenía con Bea y Rus en ese momento.

El brazo lo llevaba en el cabestrillo, pero yo creo que no era muy consciente cada vez que, de forma totalmente aleatoria, cerraba y abría el puño ligeramente. No era capaz del todo, pero ya el hecho de poder moverla algo, era todo un éxito que celebrar y yo me sentía muy feliz por ver su evolución. Aunque no voy a mentir, me encantaba poder compartir con ella aquellas dos canciones que íbamos a tocar al piano. Era una experiencia muy enriquecedora para nuestra relación y que nos encantaba vivir juntas.

El viernes había pasado super rápido tras ensayar ambas en el piano en el hotel. Después de comer, tuvimos todos los ensayos para el concierto y fue donde se vieron las primeras rencillas y encontronazos entre nosotros. Se notaba los nervios y la falta de información respecto a lo que estaba pasando. Esto provocaba que nos dividiésemos en dos grupos. Los que nos protegían y consideraban que no teníamos culpa de lo ocurrido y los que sí.

La productora estaba tratando de tranquilizar las cosas, pero yo creo que la única solución era ser francos y sinceros respecto a lo que ocurría. La prensa ya estaba filtrando demasiada información, mucha de ella falsa, y mis compañeros lo veían. Si no decían cual era la verdad pronto, aquello era una bomba de relojería que no tardaría en explotar. Y todo esto sin dejar de tener en cuenta que estábamos amenazadas otra vez y no sabíamos que iba a ser lo siguiente.

Las luces de aquel teatro se apagaron y pronto dio comienzo aquella obra que habíamos sido invitados a ver. Tenía muchas ganas de disfrutar de ese evento, pero a la vez no podía evitar sentirme algo angustiada por si ocurría algo. Fernando tenía razón, esa persona quería jugar con nosotras y lo estaba empezando a conseguir. Era como esperar todo el rato algo que no sabía si iba a ocurrir.

Noté como me apretaban la mano y miré hacia Kiki que ahora me devolvía la mirada. Me susurró un "todo va a ir bien" para tratar de relajarme ya que debió de notar mi cara de angustia y yo solo pude sonreírle agradeciendo su apoyo. Me acerqué a ella para dejarle un beso en los labios y después traté de concentrarme en aquella obra. Si todos los posibles sospechosos estaban allí sentados con nosotras, no podía ocurrir nada ¿no?

Y no, no ocurrió nada. Ni en la obra, ni en el pequeño picoteo posterior entre los invitados con los actores. La noche pasó en total paz y aquella amenaza que ensombrecía el momento fue desapareciendo. Y quizás, esto fue lo que hizo que todos nos relajáramos de más. Pensamos que, a lo mejor, malinterpretamos la frase y realmente no iba a ocurrir nada de momento. En realidad, queríamos creer que nada iba a pasar.

Con unas copitas de más y tras mover el esqueleto junto a mis compañeros y especialmente junto a Kiki, nos fuimos al hotel a descansar mucho más tranquilas de lo que habíamos salido esa tarde.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora