Mala costumbre || Kivi

Capítulo 35: Encuentros inesperados

                Llevaba ya un buen rato despierta tumbada en cama mientras abrazaba a Kiki que estaba apoyada durmiendo sobre mi pecho y con su brazo bueno sobre mi cintura. Miraba las vistas que teníamos desde aquella habitación de hotel cuando los primeros rayos de sol aparecían en el limbo. Era una escena preciosa y compartirla con esa persona que dormía plácidamente conmigo, hacía que fuese uno de los momentos más bonitos de mi vida. Y tenía que confesar que en mi top diez de mejores momentos de mi vida, prácticamente en todos aparecía Chiara de una manera o de otra.

Deposité un beso sobre la cabeza de Kiki mientras la miraba con ternura, de vez en cuando suspiraba profundamente de la relajación que debía sentir, pero seguía durmiendo como si nada. Volví a mirar hacia aquella Granada que se abría ante mí. Mucho había echado de menos esa ciudad que adoraba y llevaba años sin ver. Me había hecho mucha ilusión volver, cantar allí y recorrer sus calles, con su gente dándome cariño. Volver me sentaba muy bien para seguir reconciliándome y avanzando en la buena dirección.

Empecé a repasar el día de ayer, lleno de buenos momentos, hasta que llegó ese final que le había amargado un poco. Fue duro ver en otra persona el estado en que había estado yo y sentí mucha rabia al pensar que, si no lo hubiese evitado junto con María, hubiese terminado igual. En cierta manera me arrepentía no haber sido más valiente en su momento y denunciarlo, pero había sido la suma de muchas circunstancias. Primero me costaba aceptar lo ocurrido y segundo nadie me hubiese creído con el hate que me estaba cayendo por lo de Kiki.

Pero ahora era diferente, quizás no para denunciar, pero si para hacer algo contra ella. Tenía que pensar en que todavía pero no me iba a quedar más con los brazos cruzados.

- ¿En qué piensas tanto? - escuché que susurraba Kiki contra mi pecho. Todavía tenía los ojos medio cerrados y estaba empezando a despertar.

-En anoche, en la fiesta- respondí yo sonriéndole.

-Me lo pasé super bien, hacía tiempo que no estaba tan relajada y disfrutando de verdad-comentó ella sin moverse ni un milímetro. Le encantaba estar sobre mi pecho y a mí me encantaba tenerla de esa manera.

-Si, yo también la verdad. Menos mal que hemos tenido un respiro desde lo del cine- comenté yo empezando a acariciar la espalda de Kiki suavemente. Escuché como soltó un leve ronroneo de placer y sonreí tontamente.

-De todas maneras, algo me dice que no solo es eso lo que estás pensando-comentó Kiki sin dar su brazo a torcer. Como me conocía.

-A veces odio cuando me lees tan bien-dije yo haciéndome la ofendida y mirándola.

-Sabes que eso no es verdad- dijo ella riendo y mirándome – venga, ahora en serio ¿Qué te pasa?

-Anoche pasó algo que no te conté para no romper con ese buen ambiente que teníamos- empecé a contar suspirando y Kiki se quedó callada esperando a que terminase de contar- Cuando fui al baño, me crucé con Salma justo antes de entrar. Iba con una chica en sus brazos que rozaba la inconsciencia seguramente del alcohol que bebió.

- ¿Qué dices? -dijo ahora levantándose de su posición apoyándose en su brazo sano para poder mirarme mejor a la cara- ¿Qué hiciste? -estaba preocupada.

-Enfrentarme a ella, no iba a dejar que le hiciera lo mismo que a mi-dije como si fuera lo más obvio- También vino María y al final, la chica la llevaron al hotel y Salma volvió a la fiesta sin más, pero... yo me quedé con muy mal cuerpo. Con mucha rabia y con ganas de poder hacer más. De querer pararle los pies.