Capítulo 11: Hola, Exsuegra

5.7K 260 33
                                    

               De todos los posibles escenarios que se me habían pasado por la cabeza mientras literalmente me estaba comiendo la boca de Violeta, aquel puedo prometer que no entraba en mis planes. Y pensándolo fríamente, tenía mucha más lógica que mi madre apareciera por allí, que Violeta. Había venido a verme junto con mi hermana y seguramente, con las RRSS explotando por la actuación, estaría allí para preguntarme si me encontraba bien.

Cantar IKAG en un escenario otra vez había sido una mezcla de tantas emociones y de tantos recuerdos revividos que os aseguro que los últimos 30 segundos de la canción y todo lo que pasó después, yo no estaba pensando con la cabeza. Desde el beso al final de la actuación hasta lo que acababa de pasar en el camerino, yo actué por puro impulso comandado por mi corazón y no por la razón. Esta vez había ganado por goleada el angelito de mi cabeza y no el demonio. Eso sí, este momento en el camerino había salido totalmente mi demonio a relucir por todo que tenía en mi cabeza y que estaba deseando hacer allí con Violeta.

Ambas nos separamos con cara de susto y mirándonos completamente rojas de la excitación y con el pintalabios totalmente corrido. Como para abrirle la puerta a mi madre estábamos en ese momento.

-Ya voy mamá, un momento-me salió decir de pronto.

Violeta me ayudó a bajar de la mesa y nos colocamos la ropa de manera más adecuada. Fuimos al espejo y tratamos de arreglar algo nuestras caras y que no se notara demasiado lo que había ocurrido allí solas y encerradas. Mi madre no era tonta, pero al menos disimular lo mejor posible el panorama. Fui a abrirle la puerta y Violeta se quedó apoyada con la cadera en el tocador con los brazos cruzados y una cara que me dieron ganas de volver a abrazarla. Estaba aterrorizada y yo la entendía. Nunca es un buen momento para reencontrarte con tu exsuegra pero claramente aquel era el peor momento de todos. Agarré el pestillo y miré una última vez a Violeta.

-Tranquila, todo irá bien-dije intentando que se relajara algo. Ella solo asintió con la cabeza y yo abrí la puerta. Mi madre apareció tras ella- Hola, mamá-dije en inglés.

-Cariño, ¿Estás bi..?-empezó a decir también en inglés mi madre mientras entraba con preocupación en el camerino pero al ver a Violeta allí parada, su cara fue de sorpresa.

Su mirada pasó de Violeta a mí, de mí a Violeta y después miró el camerino. Más exactamente las cosas tiradas alrededor de la mesa y lo que parecía un vaso roto. Ambas nos habíamos olvidado de recoger aquello. Más bien, casi ni nos habíamos dado cuenta en aquel arrebato de pasión que habíamos tenido hace unos minutos del Cristo que montamos con las cosas encima de la mesa.

-Hola Emma- Comentó Violeta con voz bajita y tímida. Se le notaba nerviosa y totalmente incómoda con la situación.

-Hola Violeta-le respondió mi madre con voz totalmente neutra. Ni yo sabía muy bien que se le estaría pasando por la cabeza ahora mismo.

Se hizo el total silencio en aquel camerino mientras las tres nos mirábamos unas a otras. Si yo lo estaba pasando mal, no me quiero ni imaginar Violeta.

-Chiara, tenemos que ha...-dijo Carla entrando también por la puerta. La que nos faltaba para unirse a la fiesta. Ya solo quedaba la mánager de Violeta por entrar y su padre y teníamos reunión familiar por los viejos tiempos- ¡La ostia! -le salió decir cuando nos vio a las tres allí en silencio. Me hubiese reído, en serio. Visto desde fuera la situación tenía que ser muy graciosa.

-Creo que va a ser mejor que me vaya-dijo Violeta separándose del tocador y mirándome con cara de "tierra trágame"

-Sí-dijo mi madre-creo que va a ser mejor. Me gustaría hablar con mi hija.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora