Mala costumbre || Kivi

Capítulo 9: La previa al concierto

               El día pasó súper rápido ultimando detalles para el concierto que sería al día siguiente en Barcelona. Había muchas expectativas puestas en ello. Aunque yo tengo que reconocer que tenía más la cabeza en aquella quedada que teníamos a la noche. Rus y Bea fliparon cuando les comenté que había invitado a Violeta también, pero se alegraron de ver que la intervención en cierta manera había funcionado. Le pedimos a Carla que nos ayudase a comprar todo lo necesario para la peli y también le pedí si me podía traer un teclado. Recordaba que esas reuniones siempre terminábamos tocando algo todos juntos. 

Así que para la noche, después de cenar todos juntos en el hotel como marcaba el reencuentro, nosotras ya teníamos todo listo en mi habitación para reunirnos al terminar de comer. Martin había invitado también a Juanjo, lo cual fue una sorpresa, pero esta es una historia para contar en otro momento con calma.

Cenamos tranquilamente los 16, algunos ya estaban nerviosos por el concierto del día siguiente. Yo me sentía algo nerviosa porque en esa cena me había tocado sentarme al lado de Violeta. Al principio fue un poco raro tras lo sucedido el día anterior, pero luego nos empezamos a relajar y empezamos a hablar un poco de todo. Incluso empezó a contarme cómo acabó siendo actriz, qué papeles tenía actualmente o cómo había conseguido otros. Se me hizo extraño hablar de todo lo que había hecho esos años atrás pero también sentía curiosidad y me gustaba saber de su vida. Yo también le conté alguna cosa de mí y le hablé de lo que sería mi nuevo álbum y la gira que tenía preparada una vez termináramos el reencuentro.

No nos dimos cuenta, pero de pronto, estábamos las dos en nuestra burbuja charlando. Parecía que no había nadie más a nuestro alrededor mientras hablábamos relajadamente. Se sentía muy bien ese momento y pensé que me gustaría poder sentirme más veces así con ella. 

Al terminar la cena, todos juntos nos fuimos a mi suite. Alex y Denna también se sumaron. Preparamos todas las palomitas, decidimos la película y nos sentamos todos en el sofá. Aquel sofá era como el de la academia, pero más grande. Tenía también esa forma en U y éstos empezaron a sentarse, Denna y Alex fueron a la izquierda del sofá en una de las alas, Martin Juanjo justo en esa esquina del sofá y Bea, Álvaro, Rus y Omar se sentaron en el medio. 

No sé si fue casualidad o realmente mis amigos se compincharon, pero a Violeta y a mi nos tocó justo el ala derecha del sofá. Aquella zona del sofá propiciaba cierta intimidad para las dos. Al principio sentí algo de ansiedad por la situación de estar allí con ella solas, pero Violeta me comentó que si prefería se sentaba en otra lado. Debió de notar mi ansiedad en la cara y no quería que pensara que la estaba rechazando o que no quería estar sentada allí con ella. Necesitaba superar este miedo de una vez así que le negué con la cabeza diciendo que no se preocupara, que estaba bien así. Le sonreí mientras la miraba para darle seguridad de que estaba todo correcto.

Así que las dos nos sentamos en el sofá muy cerquita, pero sin llegar a tocarnos, con el bote de palomitas en las piernas de Violeta. Ella me miró sonriendo y asegurándose de que todo estaba bien conmigo y yo también lo sonreí de vuelta. Estábamos empezando a conectar como sólo las dos podíamos hacerlo y en el fondo aquello me gustaba, noté que me relajaba y la ansiedad bajaba. 

La película empezó y todos poco a poco fueron buscando posturas más cómodas en aquel sofá que la verdad que era enorme. Denna descansaba encima de Alex mientras él la abrazaba. Juanjo y Martín se tumbaron a lo largo del sofá, pero sin llegar a estar juntos. El cuarteto estaba revuelto entre ellos mientras empezaban a jugar a lanzarse palomitas. Seguían siendo como críos a veces y eso me hacía gracia. 

Nosotras dos éramos las únicas que seguimos exactamente igual que cuando empezamos. Juntas, pero sin llegar a tocarnos. Me sentía bien así, me daba tranquilidad ese momento con ella. Era como volver a recuperar ese safe place que fue ella para mí. Pero tampoco quería forzar más la situación y que me generase otra vez ansiedad. Violeta tampoco hizo hincapié en nada más. Me estaba gustando mucho cómo me estaba cuidando y estaba pendiente de mí sin que yo le pidiera nada.