Mala costumbre || Kivi

Capítulo 18: IKAG ¿Last Round?

Me encontraba apoyada en el pecho desnudo de Kiki mientras acariciaba con mi mano su estómago y suspiraba placenteramente. Sin duda habíamos apagado bien a gusto las llamas encendidas. Kiki me tenía abrazada contra ella mientras me acariciaba la espalda con un brazo y el pelo con el otro. Nuestras piernas estaban entrelazadas y permanecíamos en silencio disfrutando de la sensación que había quedado en nuestro cuerpo tras aquel momento de pasión.

Había sido intenso y ansioso en un primer momento, parecía que teníamos ganas de rompernos la una a la otra, pero tras ese momento más ardiente y duro, dio paso a otro más delicado, sensible y por supuesto, lleno de amor. De ese amor que habíamos tenido escondido tantos años y que ahora dejamos fluir libremente.

Kiki se movió para poder darme un beso en la cabeza cariñosamente y volvió a su posición inicial. Yo suspiraba otra vez relajadamente mientras le dejaba uno en su pecho. Yo creo que las dos estábamos buscando las palabras adecuadas para romper ese silencio, pero no encontrábamos ninguna que reflejara todo lo que sentíamos en ese momento. Finalmente, Chiara fue la que rompió el silencio.

-Nunca fui tan consciente como ahora, de todo lo que te eché de menos estos años. En todos los sentidos-dijo mientras que con sus brazos me apretaba un poco más contra ella asegurándose de que aquello estaba siendo real y no un sueño.

-Estaba pensando en lo mismo-dije mientras me movía para mirarla a los ojos directamente- Tengo esa sensación de...

- I Belong here- terminó ella mirándome sonriendo.

-Si, justo... y por eso es nuestra canción adaptada-dije ampliando mi sonrisa al ver que pensaba igual.

-Sin duda-me dijo teniendo la misma reacción que yo.

Volvimos a quedarnos calladas mirándonos y luego me acerque para darle otro beso, más suave y acariciando sus labios. Desde ahí, fui recorriendo con besos su mandíbula hasta llegar a su cuello y entretenerme en el mientras Chiara dejaba escapar un pequeño gemido placentero. Me acomodé encima de ella notando como otra vez empezaba a encenderme y por la tensión que noté en el cuerpo de Chiara, a ella le estaba pasando lo mismo.

- ¿Sabes qué? -le susurre de forma coqueta al odio separándome un momento de su cuello.

- ¿Qué...? - me contestó en un hilo de voz. Tenía los ojos cerrados disfrutando de aquel momento.

-Me debes cantar una canción-le dije y le mordí el lóbulo de la oreja. Chiara abrió los ojos y me miró sonriendo de forma fanfarrona.

-No te recordaba tan celosa, Violeta. Y menos por darle un beso a Rus.

-No soy celosa-dije haciéndome la ofendida-pero La invitada es mi canción y lo que es mío, es mío. Así que ya puedes ir cantándome si quieres que continúe con lo que tengo en mente.

Chiara me sonrió y no tardó en empezar a cantar aquella canción para mí. Yo la miré con satisfacción y me dispuse a cumplir lo prometido empezando otra vez por su cuello para ir poco a poco bajando por su pecho, su ombligo y el camino que me iba marcando su cuerpo.

No había melodía más bonita en el mundo que la que estaba escuchando ahora mismo mis oídos mientras se entremezclaban los sonidos que salían de su boca cantando la canción, con los que se le escapaban del placer que estaba sintiendo al reaccionar al juego de mi lengua. Mis ojos también disfrutaban de ver como su cuerpo se arqueaba del placer y agarraba fuertemente las sábanas con las manos. Aquello era sin duda, el cuadro más bonito que podía mirar.