Epílogo: I belong here

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¿Alguna vez has tenido esa sensación de que todo está perfecto tal y como está? De coger aire profundamente, soltarlo poco a poco y que la paz te llene por dentro de tal manera que no cambiarías absolutamente nada de tu vida. Ni lo bueno, ni lo malo ya que gracias a la suma de estas dos experiencias es por lo que somos lo que somos y estamos donde estamos actualmente.

Y yo era sumamente feliz y me sentía totalmente completa en ese momento. Todos esos años de vivencias habían valido la pena por haberme traído a ese lugar.

Esta lectura comenzaba hablando de historias sin cerrar, pasados sin superar o la mala costumbre de no hablar las cosas cuando se debe. Ahora puedo decir que la historia ha terminado pero que comienza una nueva totalmente emocionante y que estoy deseando vivir venga lo que venga. También que he cerrado ese pasado totalmente y he abierto un presente y un futuro tan bonito que a veces pienso si realmente lo merezco.

Y lo más importante, hemos perdido esa mala costumbre de no hablar cuándo se debe. Ahora tenemos tal confianza que abruma y a veces ya ni siquiera necesitamos palabras para entender como nos sentimos mutuamente.

Mirar a Violeta feliz intercambiando palabras con algunos de nuestros compañeros de OT, con ese brillo en la mirada, una sonrisa amplia y ese hoyuelo tan marcado en su cara y que adoraba, era uno de los momentos más bonitos que podía vivir y de los más felices que he experimentado en mi vida.

El verano había pasado tan rápido que cuando nos quisimos dar cuenta ya nos teníamos prácticamente que ir de aquella casa que nos había dejado momentos maravillosos. En dos semanas empezaría mi primer concierto de la nueva gira y eso conllevaba que tuviese que irme a Madrid a terminar las últimas pruebas, ensayos y todo lo necesario para que saliese perfecto. Y Violeta justo el día anterior a mi primer concierto se tenía que ir también a Los Ángeles para prepararse para sus grabaciones de su nueva película. Una con la que parecía que iba a conseguir su preciado Óscar. Yo no podía sentirme más orgullosa de ella y de su trabajo.

Esa pronta separación es la que hizo que ese fin de semana convocáramos a todos nuestros allegados para hacer una pequeña barbacoa y fiesta de despedida juntos. Habían venido todos. Mis padres y los padres de Vio estaban encargados ahora mismo de la barbacoa y hablaban los cuatro con total confianza. Nuestros hermanos había aprovecho a bajar hasta la calita privada que tenía acceso la casa y así aprovechar para darse un baño que con este calor se agradecía.

También estaban Alba, mi fisio de confianza y que tan buen trabajo había hecho estos meses conmigo, y su pareja Natalia. Estas últimas semanas en Menorca había conseguido recuperar muchísima movilidad de mi brazo. Tenía miedo tras aquel accidente ya que parecía que iba peor pero la profesionalidad de Alba había hecho que ocurriese justo lo contario. Aún no estaba lista para tocar o bailar un concierto completo, pero si podía tocar ya canciones enteras sin parar. A veces aún fallaba, pero casi no se notaba.

Estaban también mis amigos de toda la vida amenizando la velada con música y yo estaba muy agradecida con ellos por haberme acompañado siempre sin rechistar en todos los momentos de mi vida. Eran la alegría siempre de mis pasos y nunca podré devolverle del todo su apoyo incondicional y su amor por mí.

Carla, Laura y María se encontraban las tres hablando animadamente. Tras aquella experiencia fatídica todas nos habíamos unido a un nivel de confianza que esperaba nunca se rompiese. María ya era una más de la familia y que decir de Carla y Laura. Ambas habían dicho que tenían una noticia de darnos después que nos iba a hacer muy feliz y estaba deseando saberla. Su relación era tan bonita y yo era la fan número uno de ellas. Solo seguida por Violeta claro.

María había conseguido recuperarse prácticamente en su totalidad del accidente y pronto podría volver a trabajar sin problemas. Yo hacía unos días que le había pedido que fuese jefa de mi seguridad privada y me acompañase en la gira. Ella obviamente acepto ya no solo por estar encantada de seguir siendo mi guardaespaldas si no porque Rus era una de las bailarinas de mi elenco y eso significaba poder seguir juntas en este tiempo que dure la gira.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora