Capítulo 5: La invitada

5.6K 219 34
                                    

               Escuché cómo Violeta cerraba la puerta de mi habitación y fue cuando noté las lágrimas salir sin parar. Cogí el móvil de encima de la mesa y mandé solo un mensaje a Rus: "Ven". No tardó ni un minuto en timbrar y fui a abrirle. La dejé entrar y mientras aún cerraba la puerta, la abracé fuerte y seguí llorando sin parar. Lo más curioso de ese momento, era que no sentía dolor por lo que acaba de pasar con Violeta. Sentía frustración, rabia, tristeza, tenía ganas de gritar muy alto, pero era como que de pronto, ese capítulo con ella por fin se hubiese cerrado definitivamente.

Y lloraba, lloraba porque muy en el fondo, muy muy en el fondo, sentí pena. Pena de cerrarlo, de perderla del todo y eso provocaba frustración en mí y una rabia enorme porque no quería sentirme así por alguien que me había hecho tanto daño en su momento. 

Pero es que escuchar su versión de la historia había hecho clic en mi cabeza y no pude evitar verla con otros ojos. De pronto sentía que esa pieza de puzzle que me faltaba, acababa de encajar. Había una parte de la historia que nunca había entendido, que no se correspondía con lo que era Violeta. Escuchar su parte de la historia hizo que de pronto entendiera las cosas y la entendiera más a ella. ¿Se había equivocado? Totalmente. ¿Me había mentido o engañado en una parte de la historia? Sí, sin duda. Pero yo también me había equivocado muchas veces y había hecho daño sin querer a gente muy importante en mi vida.

Pero en la otra parte de la historia... la que me hizo sentir completamente decepcionada con ella, resulta que las cosas habían sido muy diferentes. Sólo de pensar cómo se debió de sentir, hizo que se me encogiera el corazón. Se habían aprovechado de ella y nadie le creyó.

Y después de tantos años, de haber crecido, madurado, gestionado emocionalmente tantas cosas... eso hizo que en aquel momento la viese diferente. Vi un poco a aquella Violeta de la que me había enamorado una vez, a mi alma gemela, mi mitad y sentí miedo, pánico. No quería verme otra vez allí, pero ella era como un imán que inevitablemente me atraía. Y era consciente de que a Violeta le pasaba lo mismo conmigo. 

Por eso, ocho años después, tuvo la necesidad de contarme su parte de la historia. Compartir esa parte de su vida que nadie sabía que había ocurrido y aún a riesgo de que yo no creyese nada de lo que me estaba contando. Estábamos unidas por algo especial. Eso que encuentras 1 o 2 veces en la vida, si llegas a encontrarlo, y claramente nunca se olvida.

Rus se dedicó sólo a abrazarme sin decir nada mientras intentaba calmarme poco a poco. Una vez dejé de llorar, fuimos juntas al sofá del salón y nos sentamos, abrazadas una encima de la otra. Me empezó a dar mimos y caricias.

- ¿Qué pasó, pequeña? – preguntó con preocupación evidente.

-Violeta estuvo aquí-dije y noté como el cuerpo de Rus se tensaba y su cara mostraba enfado.

- ¿Te hizo algo? Porque si hace falta voy a su habitación a decirle cuatro cosas-dijo mirándome muy seriamente y yo sabía perfectamente que sería capaz de hacerlo.

Respiré hondo y empecé a contarle todo lo que pasó en aquel momento de la manera más específica que pude y sin saltarme nada. Sabía que aquella historia era muy personal de Violeta, pero necesitaba hablarlo con alguien y que me ayudase a poner mis sentimientos en orden. Que me diese una perspectiva externa. Ruslana pasó de cara de cabreo a confusión y finalmente, sorpresa.

- ¿Será cierto? Porque en su momento todas aquellas noticias... era difícil pensar otra cosa- comentó dudando.

-Si supieras cómo me habló al contarme todo, la creerías. Yo la creo, al menos, y ahora mismo me siento fatal por ella y por lo que debió pasar sola- suspiré con fuerza tratando de sacarme toda la tensión del momento - Y sigue pasando, porque todo el mundo piensa que me puso los cuernos. Y su ex también.

Mala costumbre  || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora