Mala costumbre || Kivi

Capítulo 8: Intervención

               Nos encontrábamos las tres en la terraza mientras yo tocaba con la guitarra una melodía melancólica, igual que como me sentía yo en ese momento. Tras el susto en el ensayo, decidimos marchamos las tres al hotel y así descansar un poco. Aunque yo creo que Bea y Rus querían hacerme una intervención sobre lo que estaba pasando con Violeta. Había sido un choque emocional para mí tan grande aquel momento que todavía no sabía muy bien cómo sentirme.

Habíamos pedido permiso para cenar en la habitación y ahora estábamos esperando por la cena. Carla se encontraba en el salón hablando por teléfono. Yo creo que simplemente nos estaba dejando intimidad para hablar mientras se aseguraba que estaba bien. Yo seguí tocando mi melodía mientras miraba hacia el mar de Barcelona. ¿Podían siete días cambiar tanto tu vida?

-Kiki... ¿Vamos a hablar sobre lo ocurrido? -comentó Bea intentando romper el hielo del momento. Yo suspiré mientras dejaba de tocar la guitarra. La dejé a un lado y me quedé mirando hacia mis amigas.

- ¿Qué queréis que os diga si ni yo misma entiendo que me pasa? -dije con tristeza.

-Yo creo que sí sabes qué te pasa, pero no quieres aceptarlo-soltó Rus. Ella siempre con las verdades por delante, duelan o no. Era algo que adoraba de ella y por eso me encantaba como compañera de piso.

-Al principio te diría que sí, que no lo quiero aceptar. Ahora lo que tengo es pánico porque sé que es real-contesté mirando a las dos- es como tener un ángel y un demonio dentro de mí. Uno me dice que confíe una vez más, que me deje llevar otra vez y el otro me dice que me va a hacer daño otra vez, que voy a sufrir. Es frustrante.

-Te entiendo cariño. Es totalmente normal. Convivir 24/7 hace que siete días parezca mucho más tiempo y se sientan demasiadas cosas, pero al final sólo han pasado días y no has podido parar a gestionarlo-comentó Bea sabiamente. Hablar con ella siempre era mi espacio seguro. Y tenía razón en lo que decía, esto se sentía como cuando estábamos en la academia solo que sabiendo del exterior. Estábamos todos juntos, todo el rato y todo se sentía súper intenso. Me estaba costando asimilar qué estaba pasando y ojalá tener un botón de pausa para poder parar todo y así pensar y sentir con tranquilidad qué quería o qué tenía dentro de mí.

-Acabas de definir perfectamente como me siento-le contesté- Violeta sigue siendo Violeta. Llevo años sin sentir esta paz al lado de nadie, esa complicidad, química y aún encima es... hermosa, ya me entendéis-el calor que me provocó aquel ensayo no lo había quitado ni con la ducha de agua fría que me había pegado.

-Que te pone Kiki-dijo Rus riéndose- que no tienes 15 años-yo no pude evitar sonrojarme. A pesar del tiempo y de que realmente al final era super atrevida, hablar de esos temas si se trataba de mí, seguía sin gustarme.

-El caso es que, llevamos todos estos días provocándonos y teniendo momentos que solo me hacen recordar a cuando todo estaba bien y de repente, entro en bucle, empiezo a tener pánico y no puedo pararlo. Mi cerebro va a mil en ese momento. Hoy ensayando ya fue la gota que colmó el vaso-terminé de decir un poco frustrada- no os podéis imaginar la ansiedad que me dio tenerla tan cerca y tener estas ganas dentro de mí de besarla-decirlo con palabras estaba generando otra vez que el miedo y el pánico volvieran, pero también tengo que reconocer que sentaba bien expresarlo fuera de mi cabeza. Notaba mis ojos algo húmedos, qué duro se estaba haciendo todo y a la vez que ganas tenía de simplemente dejarme llevar y disfrutar.

- ¿Te gustaría arreglar las cosas realmente con ella? -dijo Bea-yo creo que es lo primero que tienes que pensar.

-Si- me sorprendí contestando tan rápido, a pesar de todos los miedos que tenía en eso no tenía ninguna duda.