¿Quién podría salvar a alguien de la corriente que lo arrastra?
Oliver Queen no pensaba ser merecedor de eso, no con la vida que llevaba, la oscuridad amenazaba su ser, y el miedo de perder a alguien más lo asechaba. Su reputación no era la mejor...
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—No es nada, Iris, lo juro —Jenny volvió a reír mientras pagaba el café, Iris del otro lado del mostrador, le dio una mirada que claramente decía que no le creía.
—Ay por favor —Iris volvió a insistir—, desapareces por un fin de semana para ir a Starling, regresas y estás más feliz que de costumbre —señaló mientras preparaba otra orden.
Jennifer suspiró. —Ya te dije, fui a ver unos amigos, es todo, una amiga que tengo allá —mencionó.
—Pues esa sonrisa me parece a mí que tiene nombre y apellido —levantó las cejas.
Oliver Queen. Pensó Jennifer.
Negó con la cabeza. —Nada de eso, Iris, solo, me sirvió alejarme de lo que me atormentaba —comentó, tomó una servilleta—, voy a pasar a ver a Barry y después voy al trabajo, te veo luego.
Iris sonrió. —Está bien, pero algún día te sacaré la información —advirtió con diversión.
—Sí, sí, lo que tú digas —con un ademán salió de Jitters y se dirigió al hospital para hacerle compañía a Barry un rato y hablar con él.
Iris no mentía, el ánimo de Jennifer había mejorado notablemente desde que regresó de sus días en Starling, sonreía más, y estaba más tranquila, con facilidad podría decir que por fin desquitó todo lo que sentía con unos cuantos golpes, pero sabía a la perfección que también tenía que ver con el momento que compartió con Oliver.
Aunque lo cierto era que para el joven Queen también, no podía dejar de pensar en aquel momento, y aunque intentaba mantenerse concentrado en la empresa y su trabajo como Arrow, Jennifer siempre regresaba a sus pensamientos.
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Tres semanas después.
Jennifer y Oliver estuvieron hablando por teléfono durante estás tres semanas, simplemente para saber cómo estaban, algunas preguntas acerca del trabajo de Jenny en la CCPD, del de Oliver en Queen Consolidated, y uno que otro comentario coqueteando.
Oliver entró al Verdant acompañado de Sara buscando a Thea, la chica se encontraba inquieta ya que su bartender había renunciado a una hora de que el establecimiento abriera.
—¿Puedo hablar contigo? —Thea miró a Oliver.
—Yo, voy a ir al baño de rubias —Sara se retiró dejando a los hermanos Queen para que hablarán.
—¿Todo bien? —Oliver preguntó.
—Dime tú —Thea habló—, además de la fiesta, no te he visto en casa.
—Pues ser director general no me deja tiempo libre —se excusó.
—Pues a mí me parece que estás evitando a mamá —su hermana comentó.
