¿Quién podría salvar a alguien de la corriente que lo arrastra?
Oliver Queen no pensaba ser merecedor de eso, no con la vida que llevaba, la oscuridad amenazaba su ser, y el miedo de perder a alguien más lo asechaba. Su reputación no era la mejor...
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Llegaron a Ivy Town con algunas cosas como sus trajes, un cambio de ropa, las vitaminas de Jennifer, y claro, ella venía comiendo una pizza individual.
Entraron a la casa donde vivieron por algunos meses, ahí se reunieron todos, incluyendo a Caitlin y Laurel.
—Los costos de roaming me dejaran en quiebra —Cisco mencionó—. ¿Jennifer, cómo pudiste vivir así por meses?
—Pues no usaba el celular todo el tiempo —se encogió de hombros.
—Claro se me olvidó que vivías con el amor de tu vida —Cisco levantó su celular tratando de encontrar buena señal.
Pronto, ellos hablaron acerca de la Vara de Horus, mientras Caitlin, Cisco y Felicity encontraban una manera de poner recuperar la Vara, los demás buscarían todo lo que había de Vandal Savage en internet, en laurel, reportajes, hojas y demás.
—Oliver —Jenny lo tomó del brazo.
—Ah... Necesito encargarme de algo, volveré en cuanto pueda —le dijo y se retiró.
Aquella punzada le golpeó ahora el pecho, sintiéndose extrañada del comportamiento de Oliver.
—Oye... ¿No quieres que vaya contigo? Digo, nos persigue un loco inmortal así que... —ella lo siguió.
—No, no, es... Es otra cosa, ¿por qué no mejor tú descansas un poco? —cuestionó.
Jennifer resopló. —Oliver, estoy embarazada, no quiero sentirme inútil mientras los demás hacen su parte —expresó.
—Jenny, nuestro bebé está creciendo dentro de ti, eso no es inútil —le dio un beso rápido en la frente—, solo quédate aquí, ¿sí?
Ella entrecerró los ojos. —Estás raro... Desde que estábamos en Jitters —ella dijo.
—Cariño —Oliver colocó sus manos en los costados de la cabeza de Jenny—, te contaré todo... Solo quiero saber primero a qué me estoy enfrentando —suspiró.
—Y no quiero que te estreses de más, ni tú ni el bebé se merecen eso —murmuró..
—Está bien —ella asintió—, ten cuidado —presionó sus labios juntos, esperando que a lo que sea que Oliver fuera... No fuera tan peligroso.
Cuando volvió adentro, vio que Cisco, Caitlin y Felicity estaban sentados en la mesa estudiando cómo podrían obtener la Vara.
Pero Cisco ya tenía en sus manos un pedazo de la pizza de Jennifer.
—¡Cisco, mi pizza! —ella exclamó.
—¡La dejaste aquí abandonada! —él expresó.
—Cisco... Creo que es mejor que dejes que Jennifer se coma su pizza —Caitlin mencionó.
