¿Quién podría salvar a alguien de la corriente que lo arrastra?
Oliver Queen no pensaba ser merecedor de eso, no con la vida que llevaba, la oscuridad amenazaba su ser, y el miedo de perder a alguien más lo asechaba. Su reputación no era la mejor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
07. Octubre. 2014
No importa si no crees que lo imposible de pronto sea posible, no importa si la fe es fuerte o débil, a veces la vida toma giros sin siquiera avisar antes, y cuando menos nos lo esperamos, nos encontramos viajando hacia un destino completamente diferente.
No importa cuántas veces las manecillas del reloj completen su ciclo y vuelvan a empezarlo, no importa si el día comienza soleado, en un segundo, las nubes grises pueden cubrir el cielo.
Así es la vida, ahora estamos... El siguiente segundo no lo sabemos.
Ella seguía manteniendo su relación con Oliver, y también había seguido con los entrenamientos, se sentía feliz y plena, ya que en él había encontrado un lugar seguro, y él también había encontrado ese refugio en ella.
Pronto, recibió una llamada y contestó.
—Cisco, hola —sonrió mientras salía del edificio de la CCPD.
—Jenny, hola... Tienes que venir a STAR Labs ¡Ahora!
Aquello le provocó una sensación de preocupación, una reacción natural, claro. —¿Qué pasó? ¿Todo está bien? —preguntó.
—Solo ven, lo verás con tus propios ojos.
Cisco colgó, y a Jennifer no le quedó de otra más que ir directamente a STAR Labs, sus pasos eran apresurados, tomó un taxi y bajó en los Laboratorios, cuando recibió otra llamada.
—Hola, linda —habló Oliver.
—Oliver, cariño... —dijo agotada.
—Te escucho algo... ¿Jenn estás bien? —le preguntó él—, si no es buen momento, puedes decirme, en serio, lo sabes —dijo.
Ella negó. —N-no, no te preocupes, Cisco me llamó y voy entrando a STAR Labs... Seguro no es nada, la otra vez me dijo que viniera con urgencia y solo era para el diagnóstico de Barry —suspiró.
Oliver escuchaba el eco que hacían los tacones que traía puestos Jennifer. —Bien... Bueno, solo quería decirte que John me dijo que su bebé nacerá en las próximas horas, así que si quieres venir a conocerla, estás invitada —le comentó.
Ella sonrió. —¿Tan pronto? Qué rápido pasa el tiempo —dijo alegre—, iré, es niña, ¿verdad? —cuestionó.
—Sí, niña —Oliver confirmó con una sonrisa en el rostro.
Jennifer comenzó a llegar al pasillo del Córtex. —Entonces, supongo que te veré... —ella dejó la frase inconclusa en el momento en que llegó a su destino.
Los ojos se le empezaron a llenar de lágrimas, su hermano, Barry estaba ahí, despierto, con una sonrisa en el rostro, producto de la emoción de estar en los laboratorios que tanto admiraba, acompañado de Harrison, Caitlin y Cisco.
