¿Quién podría salvar a alguien de la corriente que lo arrastra?
Oliver Queen no pensaba ser merecedor de eso, no con la vida que llevaba, la oscuridad amenazaba su ser, y el miedo de perder a alguien más lo asechaba. Su reputación no era la mejor...
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La tarde era tranquila en Central City, no había indicios de ningún metahumano o criminal, el viento soplaba con calma, como si supiese que hoy no había que hacer alboroto, todo estaba en orden.
—¿Por qué tengo un presentimiento de que vamos a ir a Starling? —Jennifer siguió a Barry hasta el Córtex de STAR Labs.
—Porque ahora es nuestro turno de ayudar a Oliver —Barry sonrió, con su súper velocidad se puso su traje, cargó a Jenny y corrió hacia Starling.
—¡Avísame cuando hagas eso! —Jennifer gritó, una ráfaga de viento levantó sus cabellos, tomó unos segundos para retomar el equilibrio y cuando recobró la postura, Barry ya no estaba.
—Oh, hola chias y chico —saludó a Caitlin, Felicity y Cisco al darse cuenta que estaba en la guarida.
—Oh, Jennifer llegas justo a tiempo, el loco del boomerang apareció —Ciscó habló emocionado.
—Está en las instalaciones de ARGUS —Felicity informó para que Jennifer se acercase con ellos a las computadoras.
Y lo próximo que dedujo, fue que todos estaban en combate, Barry regresó, y comenzó a usar la barra en la que Oliver solía ejercitarse, pero Barry siendo Flash la usó a híper velocidad.
—Humillada que me está dando mi hermano, yo no pude ni aguantar mi propio peso —Jennifer mencionó, mientras ella y las otras chicas miraban a Barry, sus ojos solo iban de arriba hacia abajo viéndolo realizar ese ejercicio.
—¡Cisco, tu turno! —Jenny animó.
Cisco tomó la barra. —Ya quiero ver a Arrow y Flash uniéndose en equipo otra vez —comenzó con el ejercicio.
—Pareciese que... Tuvieran... S-su... Propia... Liga —Cisco soltó la barra, rindiéndose del ejercicio.
—¿Saben...? Esas barras me dieron hambre, voy por sushi, ¿alguien quiere? —Barry preguntó—, ¿No? Bueno —se fue.
No pasó mucho tiempo hasta que Oliver, Roy Lyla y Diggle regresaron a la guarida.
—¿Están bien? —Felicity preguntó.
—No puedes trabajar para ARGUS sin hacer enemigos, lamento involucrarlos en esto —Lyla se disculpó.
Oliver se escabulló por detrás de los presentes para llegar a donde estaba Jennifer, quien encantada, lo recibió con los brazos abiertos y le dio un beso.
—Te extrañé —Oliver dijo.
—Nos vimos ayer —ella rió.
—No importa, te extrañé, linda —volvió a darle un beso y ambos regresaron con sus amigos.
Una ráfaga de viento volvió a hacer que los cabellos y ropas de todos se levantaran, Barry se sentó cómodamente en la silla de Felicity para degustar su sushi.
