No es normal que un hombre de 28 años trate de manera cariñosa a su estudiante fémina, menos cuando esa "amistad" quitara tu libertad.
Nombre del oc/Gen
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Y como lo dijo. Sucedió ahora Gojo Satoru controlaba su vida.
Si nadie decía nada sobre el cariño extraño en el profesor y la estudiante ahora menos dirían algo. Estaba vigilada 24/7 por el más fuerte si no por su asistente que le contaba con lujo de detalle todo los pasos que ella hacía.
Satoru la alejaba de sus compañeros varones de clase no lo soportaba, si antes había mucho cariño y bromas raras entre ellos ahora eran gritos, por cualquier cosa Gojo le gritaba, era brusco con ella y la agarraba del brazo y la jaloneaba e incluso se la llevaba a parte.
Ahora si, todos estaban asustados por Gen. No se quedaría así buscarían manera de descubrir que es lo que pasa.
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—Me estás volviendo a irritar, no me hagas enojar.
—Me duele, Satoru. —te quejaste, pues una vez más te alejaba de los demás estudiantes.
—Firmarás de manera u otra, no lo hagas difícil, linda.
—No es correcto Satoru, no se vería bien que seas mi tutor legal.
Así es.
Satoru quería que ella firmara un permiso y autorización legal para hacerse cargo totalmente de ella y tener poder de ella. Ya que ella que huérfana tenía todas las de ganas pero faltaba un detalle. Tu firma y consentimiento.
No querías, eso significaría que el hombre tendría todo derecho y autoridad sobre ti. El haría lo que se le de la gana contigo y nadie diría nada porque es el quien se encarga de ella. Ni nadie se atrevería a refutar contra el hombre de los seis ojos.
—Será más fácil para ti, Gen.
—¿Será más fácil como? Teniendo más control sobre mi? Ya no creo que sea sano esto...
Fue interrumpida, por un golpe en la espalda. Satoru prácticamente la había tirado a la pared.
—Tu y yo ya hemos hablado de esto. Si no quieres dejar de estudiar en la escuela y perder tu grado como hechicera quedamos en que ibas a ser más obediente, o no?
Trate de enderezarme, tenía miedo.
—Si, Gojo. —me tomó bruscamente del mentón, cerré los ojos como reflejo esperando recibir un golpe.
—Soy Satoru para ti, mi reina. —Hablo con una sonrisa "amable" pero bastante aterradora. Su semblante cambió a uno serio. —Ahora firmarás el papel.
Satoru la tomó del brazo haciendo que se pusiera sobre sus pies, la condujo hacia la mesa en donde el papel y el bolígrafo se encontraban. La tomó de la cintura haciendo un agarre bastante fuerte. Ella miraba el papel con terror, ella no quería, no quería. ¿Pero quién estaba allí para ayudarla? Nadie, no quería más golpes. Tomó el bolígrafo en mano, con temblor y firmaste.
La sonrisa del hombre era la más grande y feliz, dejó besos por tu cuello.
