No es normal que un hombre de 28 años trate de manera cariñosa a su estudiante fémina, menos cuando esa "amistad" quitara tu libertad.
Nombre del oc/Gen
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Técnica maldita de Gen La Técnica que imita- El usuario de la técnica con solo tocar el cuerpo de su oponente y activar su energía maldita copia la técnica del rival, teniendo el usuario el poder de absorber y utilizar la técnica maldita copiada a su antojo. (Esta técnica fue heredada por su madre fallecida) Las única técnica que no ha sido capaz de copiar es la técnica ilimitada de Gojo Satoru, solo porque no tiene práctica y Gojo nunca le ha permitido copiarla.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Irene y yo en silencio nos dirigíamos a la salida de la mansión. Ambas hacían silencio, escurridizas para que nadie se diera cuenta. Adrenalina pasaba por tus venas, no querías distraerte. Se escucharon unos pasos, detuviste tu paso y te pegaste a la pared junto con Irene, el guardia pasó de largo no notándolas. Siguieron su camino, estabas alerta mirando cada cosa, escuchando detalladamente, había tanto silencio que hasta una aguja podía escucharse.
Irene estaba detrás de ti, tomando tu mano. Irene era una no hechicera, si las atrapaban sería la más débil y debías protegerla. De vez en cuando apretabas su mano para que no sintiera miedo.
— Irene ya estamos llegando, no tienes que temer. — Dijiste con un susurro, los labios de Irene parecían temblar incluso sus manos.
Irene soltó un grito ahogado, haciéndote voltear la cabeza, asustada.
Irene juraba a ver visto una sombra.
— Vi una sombra, hay alguien aquí...— Fue lo que articuló, su voz temblaba.
Cerraste tus ojos tratando de sentir alguna energía maldita. Abriste tus ojos con terror, sentías una energía y era bastante pesada. Satoru estaba cerca, decidiste cambiar el camino, arrastraste a Irene contigo, sentiste como la energía pesada se seguía acercando. Tus pasos se iban acelerando y tu respiración era más pesada.
— Tenemos que correr. — Enunciaste, en un murmullo.
Sentiste una brisa por todo tu cuerpo, deteniendo tu correr y el de Irene. La energía pesada que sentías estaba al frente de ti, abriste tus ojos con pánico, Satoru estaba allí.
¿Cómo pudo? ¿Acaso era un vampiro?
Retrocediste rápidamente con Irene, alejándote de él.
— ¡Oh mis señoritas, están perdidas la sala de la cena está por aquí! — Musitó el, con la intención de acercarse a ustedes.
Te pusiste al frente de Irene, tratando de protegerla, si iba a atacar que te atacara a ti.
— Satoru...— Respondiste con un tono amenazante. — ¿Qué quieres?
Satoru al verte, estrujó su ceño. Sus ojos brillaron aún más, de la ira y enojo. No le agradó para nada verte así, se dio cuenta que ya no estaba tu sumisión, que lo estabas retando y desafiando como si fueras tan fuerte para hacerle frente. Dándole a entender que ya no le ibas a obedecer y que ya no te ibas a comportar como la bonita muñeca que eras, que el te hizo ser. Alguien te había dado de comer un poco de esperanza y ese alguien tenía nombre. El tenía que volver a aplastar esa esperanza.
— ¿Qué quiero? ¿Qué quieres tú de mí? Cada día te doy más y más, te lo doy todo y aún así quieres irte sin mí. ¿Para que?
Mierda y más mierda escuchabas que salía de su boca, maldito manipulador. Te ponías en guardia para poder atacar sin que Irene saliera herida, si tenías que destruir este clan y todo lo que en el adentro estaba lo harías por ti y por Irene.
— No eres tan fuerte Gen, eres débil si no fuera por mi ya hubieras muerto en una misión en contra de una maldición de grado especial.
— No subestimes la fe de una persona, Satoru, pues si simplemente tiene un poco puede crecer hasta ser igual de grande que un rascacielos.
