37

1.7K 126 28
                                    

Juntas al llegar a la estación de policías, no querían soltarse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Juntas al llegar a la estación de policías, no querían soltarse. Mirabas a tu alrededor cada segundo, teniendo pánico. Seguías atónita, no se sentía real estar pisando la libertad, respirar con tranquilidad, parecía que podías vivir. Tomaste con cuidado la mano de Irene, la cual seguía asustada por ella misma, su esposo y por ti.

— Irene, será mejor que busques ayuda aquí y salgas del país, en ningún rincón de Japón estarás segura. — Ordenaste mientras acariciabas su cabello, ella te miraba con ojos tristes.

Suspiraste con desgano, la vida era tan injusta.

— Deberías salir de país conmigo, Gen. — Ofreció, había seriedad en sus palabras, quizás si debas ir, quizá era ahora o nunca. Pero debías hacer algo primero, debías buscar ayuda a personas en específico.

— Yo debo quedarme...— Tu voz perdió fuerzas al admitir eso.

— No, no puedes. Debemos hacer esto ahora Gen, quizá ahora mismo mientras estamos aquí el podría aparecer y arrastrarte nuevamente a esa prisión. — Hablaba angustiada.

Ella tenía tanta razón. Pero no podías, ¿quién serías? Ya no tenías familia, si ibas a huir significa dejar todo atrás, todo por lo que habías luchado, tus entrenamientos, misiones. Todo iba a ser en vano. Si te ibas tendrías que guardar un perfil bajo en algún pueblo lejano del mundo como una simple mujer quizá vendiendo frutas. Y aún así no estarías a salvo del perverso de Satoru. Quizás paz es lo que tu mente anhelaba, pero pelear y acabar con la vida de un ser tan asqueroso como ese hombre era lo que tu corazón más fuerte gritaba y gritaba.

— Lamento tanto arrastrarte a esto, Irene. Si simplemente no me hubieras seguido después de irme de esa mesa en aquella cena. Quizá estarías en paz y tranquila en tu hogar hoy. — Formulaste mientras ambas veían lo oscuro de la noche y la belleza de la luna.

— Y aún así, si no te hubiera seguido mi corazón es tan blando que no hubiese podido dormir pensando en que una niña como tú sufría. — Contestó ella de la misma manera.

Bajaste tu cabeza, conteniendo todas tus emociones, viendo pasar como una película tu corta vida. No pudiste evitar abrazar a Irene, la única mujer después de tú madre que si demostró quererte y preocuparse por ti, no una mentirosa ni una manipuladora si no una mujer empatica, sincera y gentil. Esa mujer te había dado esa inspiración y admiración, de que ya no debías desconfiar. No importa lo mala que sea las personas siempre habrá alguien ahí para ayudar.

No querías llorar, ya habías llorado mucho. Te arrepentías de no haber podido conocer a Irene en otras circunstancias y poder conocerla mejor.

Pero era hora de decir adiós.

Te levantaste en silencio, con intención de volver a partir a tu destino, una mano cálida aguantó tu brazo. Volteaste a ver a esa gentil mujer que tanto se parecía a tú madre, ella lloraba y una sonrisa te regalaba.

— Espero que esto no sea un adiós, si no un hasta luego, mi dulce niña.

— No es adiós, es un hasta luego. — Afirmaste y ahora si dejaste ir su mano.

Y volviste a tu camino.















AF
(Adiós Señorita Irene😭😭😭)

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝗼𝐬𝐚𝗺𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝗺𝐢𝐠𝗼𝐬. ||𝐆𝗼𝐣𝗼 𝐒𝐚𝐭𝗼𝐫𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora