No es normal que un hombre de 28 años trate de manera cariñosa a su estudiante fémina, menos cuando esa "amistad" quitara tu libertad.
Nombre del oc/Gen
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Ambos entraron al lugar. Todos los observaban, como si fuera un espectáculo y ellos son los protagonistas. Te sentiste cohibida, avergonzada. Notaste con curiosidad cómo los miraban, muchos no te miraban a ti si no que veían al Hombre que estaba junto a ti. Notaste esa mirada de envidia en muchos.
Trataste de no hacerte pequeña y te concentraste de mirar al frente y sonreír un poco. Disimulando el miedo. Hasta que se detuvieron, un hombre se acercó a ustedes. Estrecho la mano hacia Satoru.
—Señor Gojo, es un honor tenerlo en la casa de en esta noche.
—Por supuesto, como imaginé.
Observaba al viejo, detalladamente. Hasta que el viejo posó la mirada en mi, desviaste la mirada para poner tu mirada en Satoru.
—Señor Gojo, igualmente es un honor que su acompañante esté aquí. Si no le importa me encantaría saber cómo referirme a la dama. —Hablo ese viejo sonriente.
Sentí a Satoru tensarse, lo percibí. No le gustó para nada ese comentario. Pero sonrío, con su acostumbrada soberbia y arrogancia.
—Claro, ella es la Señora Gojo. Así que no será la última vez que la vea.
El hombre abrió los ojos con sorpresa, volviendo a mirarme. Apreté el hombro de Satoru con fastidio nuevamente, odiaba que se refiriera a mi con ese apellido.
—Mi señor, nosotros sabemos que tenemos negocios que discutir. Podríamos discutirlos en un lugar privado con los otros señores en la casa—Mencionó, volví a adentrar mis ojos a la conversación.
¿Qué tipo de negocios?
—No lo creo, Señor Yoshida. Hemos venido con la idea de retomar una hermosa cena, quiero pasar tiempo con mi querida. —Dijo con una sonrisa, para terminar susurrando con un tono divertido—No debo separarme de ella, ella es nueva en todo este mundo. Usted entiende.
El hombre rio nervioso, yo solo quería golpear la parte íntima de Satoru y salir corriendo. Pero ya no era opción.
—Entiendo perfectamente, mi señor. Pero creo que la mejor manera de que conozca mejor este mundo sería sentarse junto a la mesa con las esposas de todos estos señores. Estoy seguro que ellas ayudarán a que la señora Gojo se adentre mejor.
Dirigí mi mirada a la mesa, dichas mujeres. Eran las mismas mujeres de antes. Mujeres llenas de lujos, avaricia y vanidad pero también con sonrisas falsas, todas ellas la miraban a ella mientras susurraban y bebían de sus copas.
Volví a tragar saliva por quinta vez en la noche. Estás mujeres te comerían viva.
