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Seguiste el camino, tu respiración agitada se calmaba poco a poco pero tu pánico todavía no cesaba sabías muy bien que no estabas segura

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Seguiste el camino, tu respiración agitada se calmaba poco a poco pero tu pánico todavía no cesaba sabías muy bien que no estabas segura. Aún más cuando era de noche se hacía tarde. Sentías que las consecuencias del correr y la adrenalina te hacían efecto, sintiendo la necesidad de buscar algo de azúcar para darte energías. Detuviste tu caminar al ver una tienda de conveniencia, decía 24 horas. Entraste sin energías, tu estómago rugió. Tenías hambre no habías tocado nada de esa horrenda cena, miraste todo con ilusión, ilusión que se fue al instante no tenías nada de dinero. Te acercaste a la señora que estaba en la caja registradora, la señora te vio extrañada pues quien en su sano juicio a esa hora de la noche entra con un vestido tan extravagante como el tuyo.

— Señora, podría pedirle un favor? — Preguntaste pero sonó más como un ruego, tomaste uno de los pendientes de tu oreja y lo colocaste delante de ella. — No tengo dinero con que pagarle algo ahora mismo, no quiero ser indecente pero acepté esta joya. Simplemente necesito algo que me de energía, puede ser un simple jugo.

La señora pareció verte aún más confundida, por tremenda joya que habías colocado delante de ella. El pendiente tenía un grande diamante de un color verde jade y al rededor de la joya había oro.

— Yo no creo que esto sea correcto, señorita.

— Se lo ruego, no quiero presumir ni nada por el estilo. Pero se que esto cuesta más que el dinero mismo. — Volviste a rogar impaciente, te sentías a este punto tan abrumada. Te quitaste el otro pendiente colocándolo junto con el otro ahora dejando ver el hermoso par. — Puedo darle los dos si desea.

La señora suspiró, bajando su cabeza. Con su mano alejó el par de pendientes de ella.

— Tome lo que necesite, pero no tomaré tal cosa esto le pertenece.

Le diste una sonrisa bastante apagada, pero negaste con la cabeza.

— Aún así, quédese con ellos. Se vería hermosa con ellos.

Te retiraste de allí, yendo al área de refrescos. Tomando una soda y un pastelito de vainilla.

— Muchas gracias, buenas noches. — Hiciste una reverencia en agradecimiento, saliendo así de la tienda.

Al tomar la soda sentiste que tu ánimo mejoró, te preparaste y volviste a correr. Esta vez no con desesperación si no con prisa para llegar a un lugar. Al llegar al lugar tu corazón saltó de tu pecho, la nostalgia golpeó tu corazón. Habías llegado a la Jujutsu High en esperanza de que alguien te ayudara. Caminaste observando cada cosa, como si fuera la primera vez que estuvieras ahí, ahora si sentías la libertad como si esa cadena que te encadenaba como perro ya no estuviera. Te diste prisa para ir a los dormitorios, orando para alguien estuviera despierto, entraste en ellos. Con el mínimo de ruido, pues querías ayuda no más bien hacer un escándalo.

Debías encontrar a Maki.

— ¿Gen? ¿Eres tú?

Tu cuerpo se congeló al escuchar esa voz, tu garganta se cerró y tu corazón paró.
















AF
(Tan tan tannn ¿de quién será esa voz?)

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝗼𝐬𝐚𝗺𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝗺𝐢𝐠𝗼𝐬. ||𝐆𝗼𝐣𝗼 𝐒𝐚𝐭𝗼𝐫𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora