Después de que se fuera no es como si pudieras hacer reconciliado el sueño, tu mente seguía trabajando y pensando. En Satoru. Te levantaste de la cama y tomaste un abrigo de esos de abuelita que cubrían tu cuerpo entero. Saliste de la habitación. Bajando las escaleras todas las luces estaban apagadas, admirabas todo con lentitud. Notaste que debajo de la puerta de una habitación la luz estaba encendida. Viste las iniciales en la habitación, era la habitación de Giana. Tocaste la puerta suavemente.
— ¿quién es? — Preguntó desde adentro, no querías hacer un escándalo así que permaneciste en silencio. La puerta fue abierta, dejándola sorprendida. — Mi señora...¿qué ocurre? ¿Necesita que le consiga algo? O ¿qué se le cocine algo de comer?
— ¿Puedo entrar Giana?
— ¿aquí? ¿A mi cuarto?
— Si, Giana. Me siento bastante solitaria.
— Por supuesto que si...— Me cedió el paso, entre viendo una habitación bastante pequeña a comparación de mi habitación con Satoru. Mis ojos se posaron en la computadora del escritorio estaba encendida desvié mi mirada a Giana, parecía tener ojeras. — No debe preocuparse, Mi señora. El señor Gojo volverá mañana, según sus indicaciones.
— Quizás vuelva quizás no, el destino lo dirá. — Repetiste las palabras que Satoru había dicho horas antes, en un susurro.
- Mi señora, me preocupa. ¿De verdad no necesita nada?
— No Giana, no quiero nada. Solo compañía y que alguien me escuche. ¿Es eso mucho pedir?
Ella bajo la cabeza con suma disculpa.
— Lo siento mucho, mi señora.
— ¿Giana cómo te sientes al respecto de Satoru? ¿Tienes alguna opinión de él? — Pregunté sentándome en la cama, mientras ella quedaba de pie.
— No tengo palabras para eso, trato de no molestar con palabras al señor. Pues el solamente puede mandar así que solo estoy para asistir no para pensar y opinar. — Hablo, se excusó después. — Con todo respeto, mi señora.
— Pero si la niña que hay dentro de ti, que fue salvada por Satoru Gojo tuviera algo que decir ¿ella si podría pensar y opinar?
Giana abrió en grande sus ojos, a la mención de tal recuerdo. Ella se sentó a mi lado, guardó silencio por par de minutos.
— El señor me salvó, me acogió y me dio la mejor vida. Fue quien me instruyó y me enseñó, para mí es un salvador. Siempre fue bueno conmigo incluso me consoló cuando tenía pesadillas en las cuales gritaba de noche. Para mí el señor Satoru es como un padre.
Yo desvié mi mirada a la ventana. La historia de Giana era igual a la suya, Satoru me salvó en esa noche que mi padre mató a mi madre. Me llevó con el y me inspiró a ser fuerte, me dio hogar y comida antes de entrar a la escuela de hechicería. Pero tú y Giana no eran las únicas, Satoru a salvado la vida de sus estudiantes de muchas maneras pero muchas eran parecidas. Pero por una extraña razón me escogió a mi entre tantos salvados.
— No digo que sea el mejor hombre, mi señora...— La mire con atención cuando dijo aquello. — Yo soy testigo de las cosas que él le ha hecho y como ha llorado y sufrido, se que no tiene perdón todo lo que le ha hecho. Pero aún así nunca dije nada ni la ayude.
Agarre su mano y la entrelazaste a la tuya, tratando de darle consuelo. Sentías que todo lo que Satoru te había hecho pasar había quedado en el pasado, no lo ibas a perdonar o a olvidar pero eso era como parte de un proceso.
—Pero yo sé bien que todo esto no hubiera pasado si el no se hubiera ido...
— ¿De quién hablas...? — Pregunté, ella suspiró.
—Hace muchos años cuando el antiguo asistente del señor fue despedido el me habló sobre esta situación. Y creo que contestará varias de sus dudas, mi señora.
AF
(Ya se acerca el final...)
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𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝗼𝐬𝐚𝗺𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝗺𝐢𝐠𝗼𝐬. ||𝐆𝗼𝐣𝗼 𝐒𝐚𝐭𝗼𝐫𝐮||
FanfictionNo es normal que un hombre de 28 años trate de manera cariñosa a su estudiante fémina, menos cuando esa "amistad" quitara tu libertad. Nombre del oc/Gen