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Abriste los ojos deprisa, por la reciente desesperación al sentirte caer

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Abriste los ojos deprisa, por la reciente desesperación al sentirte caer. Intentaste levantarte al sentir un peso en tu cintura te detuviste. El brazo de Satoru descansaba en tu cintura. Te sentiste asqueada al recordar la noche de ayer, como te humilló. Un estruendo del recuerdo de la muerte de tú madre hizo aparición en tu mente, quisiste llorar al recordar a tú madre. Se sintió tan real ese abrazo, esas caricias y esas palabras que tú "madre" te dio.

Suspiraste, dándote por vencida al querer levantarte. Solo haría que Satoru se diera cuenta y quizás se molestaría. No querías que algo así volviera a suceder, no querías ni su brazo cerca de tu cuerpo no querías que te tocara. Pero ya te demostró que podría pasar a peor si llegas a rechazarlo.

Sentiste unas caricias en tu cabello, Satoru estaba despierto.

—Veo que ya estás despierta...—Hablo, su voz estaba ronca.

—Lo estoy. — Secas palabras salieron de tu boca, no querías hablar, no querías tocarlo, no querías verlo.

—Gen...mi dulce chica...

Acaricio mi cabello una vez más. Algo se movió dentro de mi, esas caricias estaban haciendo que poco a poco que cediera a esos suaves masajes, le relajaban.

—Hago esto por tu bien. Te amo con toda el alma, no quiero que te hagan daño.

—Pero ¿que pasa si eres tú el que me está haciendo daño?

Articulaste lentamente, mordiste tu labio. Arrepintiéndote de haber soltado tales palabras. Ahora quizá el te agarre y te abofetee.

Escuchaste un suspiro de su parte. No pudiste notar enojo en su suspiro. Ni siquiera le dabas la cara, no planeabas hacerlo.

—Quiero que salgas conmigo. Respondí mal ayer, estuve incorrecto, te hice daño y toqué algo delicado para ti.

Te acomodaste en la cama, pues ya su brazo no te apretaba. Le diste la cara, no sabías si estar molesta, confundida, curiosa o agradecida por esas disculpas. Estabas sorprendida, el parecía estar demasiado arrepentido, como si hubiera honestidad en eso como si lo dijera de corazón.

Sospechaste de él, pero debías seguir el juego si querías saber su verdadera intención. Que está detrás de esto.

—Quiero responder cada una de tus preguntas, quiero aclararte todo. Estoy dispuesto a ser civilizado y tratarte como te lo mereces.

Lo observaste irónica, pero eso si llamo tu completa atención. Tenías miles de preguntas y si el se ofreció a contestarlas, debías preguntar, no querías ni preguntar querías gritar cada palabra.

Debías saberlo.

—Te dejaré sola, prepárate como gustes. Giana no te molestara, puedes sentirte libre.

El se levantó de la cama, se volteó hacia a ti y sonrió. Sentiste tu cara caliente, el estaba sin camisa dejando a la vista su trabajado abdomen. Querías abofetearte a ti misma por pensar así, no era el momento, nunca lo sería. Tan sumergida estabas en tus pensamientos que nunca te diste cuenta que el ya no estaba en la grande habitación, se había ido.

Estabas perpleja, el parecía una persona completamente diferente. Sentiste las ganas de confiar en él, pero algo de ti te decía que era una de las miles de caras de Gojo.

¿Debías confiar?

Tú tenías un grande problema, que a pesar de todo. Tenías un corazón gentil y compasivo, tu corazón se ablandaba por cualquier cosa.

Eras demasiado simpática.








AF

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝗼𝐬𝐚𝗺𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝗺𝐢𝐠𝗼𝐬. ||𝐆𝗼𝐣𝗼 𝐒𝐚𝐭𝗼𝐫𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora