No es normal que un hombre de 28 años trate de manera cariñosa a su estudiante fémina, menos cuando esa "amistad" quitara tu libertad.
Nombre del oc/Gen
Tus manos temblaron, tus ojos se iluminaron. Las motivaciones de poder salir de las garras de Satoru aumentaban.
Analizaste la situación. No podías llamar así con normalidad. Ni siquiera tenías tu teléfono, Satoru te lo quito. Todos los teléfonos del clan están pegados a la pared y solo se contactan directamente a Giana o al personal de limpieza. Ni siquiera tenías televisor, solo podías ver un canal y era sobre la vida marina y el océano. Lo veías con Giana estrictamente vigilándote las espaldas.
Guardaste el papelito con rapidez al escuchar un toque desde afuera de la habitación.
— Mi señora, ya el jardín está listo y la comida igual. — Era la voz de Giana.
Aseguraste el papelito en tu bolsillo, tenías que pensar en una manera para que Giana te permitiera hacer una llamada. Saliste de la habitación, Giana volvió a hacer esa exagerada reverencia.
Diste camino hacia el jardín, sumida en tus pensamientos. Todos tus pensamientos se apartaron al ver semejante patio, era gigante. Flores llamativas de todos colores y especies, esculturas grandes de ramas, animales como otras cosas. Había un gazebo justo en el medio de este, era de un color blanco llamativo que resplandecía toda la belleza de aquel lugar.
Que pena era tener semejante hogar y bellezas pero estabas solo desde tu nacimiento, nadie en quien confiar, en nadie en el que tener empatía.
Pensabas que esa era la realidad de alguien como Satoru, el más fuerte.
Caminaste hacia el, una gran variedad de comida hacía en la mesa. Tomaste asiento, Giana entró con un carrito lleno de libros. Revisaste algunos pero ninguno llamó tu atención hasta que viste uno con el título; "Quien debería ser. " empezaste a leerlo.