17

2.8K 214 5
                                    

—Si, es cierto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Si, es cierto. ¡Además luces tan joven!—Chillo de repente una rubia de ojos verde jade, sonreía como si su vida dependiera de ello. —¿Cuál es tu secreto para verte así? ¿Rutina? ¿Tratamiento? ¿Cirugías?

La voz de la mujer era tan chillona que creías que tus oídos iban a explotar. Sonreíste nuevamente tratando de mover piezas en tu cabeza para contestar correctamente.

—Oh Elizabeth, mira ya la asustaste. No te preocupes siéntete en confianza si hay algo sobre moda o estética nosotros lo sabemos. —Hablo están vez una castaña, todas las mujeres asintieron. Se veía simpática.

Tragaste saliva.

—¿Por qué no bebes de la copa? ¿Acaso Gojo ya te embarazó?— Volvió a escupir palabras directas, la mujer pelirroja.

QUE QUEEE

EMBARAZÓ DE QUIÉN?

—¡Qué! ¡Por supuesto que no!—Negaste con pánico, estás mujeres estaban locas, todos estaban locos. Creo que ya que Satoru no estaba a la vista debías correr.

—¡Diana, no deberías hacer comentarios así! La dama es nueva aquí, no querrá visitar la casa nuevamente gracias a ti. —Hablo, salvándote nuevamente la castaña.

La pelirroja ahora Diana, hizo un gesto con su boca y se quedó callada. La mesa igual quedó en silencio.

Aclaraste tu garganta.

—Bueno Señorita Elizabeth respondiendo su pregunta...

—¿!Si me dirás!?—preguntó ruidosamente, al darse cuenta que todos en el lugar la miraban tomó asiento y rio nerviosamente.

—Bueno, yo me veo así porque lo soy.

Todas en la mesa la miro confusa.

—¿Eres que?—pregunto esa castaña.

—Soy menor de edad, solo tengo 16 años honestamente.

Decidiste confesar. Quizás esas mujeres te ayuden o tengan compasión de ti.

"Ahhhhh" fue lo único que dijeron unánimes en la mesa.

—¡Ella está en la cima de su juventud! ¡Con razón Satoru te eligió como esposa!

Frunciste el ceño. ¿Qué? No se suponen que reaccionen así, es algo horrendo. Básicamente estaba secuestrada, un hombre adulto la restringía.

—¿No se supone que sea horrendo o un pecado?—pregunté con molestia. —¿Por qué parece que todas están acostumbradas? ¡Esto no es normal entre un hombre mayor y una menor!

Todas las mujeres se miraron entre sí, decidiendo si abrir la boca o no.







AF

𝐂𝐚𝐫𝐢𝐧̃𝗼𝐬𝐚𝗺𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚𝗺𝐢𝐠𝗼𝐬. ||𝐆𝗼𝐣𝗼 𝐒𝐚𝐭𝗼𝐫𝐮||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora