Cinco historias en una.
Varios chicos se conocen en unas circunstancias un tanto peculiares y todos terminan viviendo bajo el mismo techo.
M-preg
Charlie- seme Babe- uke
Pete " Way "
Alan " Jeff "
...
Alan se levantó con muy pocas ganas de afrontar el vida, luego de que se había tenido que tomar un par de pastillas para dormir por el insomnio y ya era casi mediodía.
Era domingo y un día libre de trabajo, por mi que no estaba apurado sin embargo también era el día señalado en el calendario como su cumpleaños y eso no le hacía mucha gracia.
Realmente el piloto no estaba para sorpresas y fiestas, se sentía triste y desanimado, aunque sabía que tanto su familia y amigos como Lyn, no dejarían pasar la ocasión de felicitarle y darle algún regalo, como corbatas o perfumes, los cuales tenía a montones.
Sin mucho afán, este se metió bajo los chorros de la ducha y dejó que el agua se llevase al menos una parte de su amargura, junto con el jabón de su cuerpo.
Tras secarse y vestirse, este salió de su habitación, bajó las escaleras y se dirigió al comedor común, donde extrañamente no encontró a nadie.
Este miró el reloj y vio que eran las once de la mañana, una hora más que acertada para encontrarse con alguno de los chicos leyendo el periódico, viendo la tele o simplemente mirando a las musarañas mientras esperaban por algo de comer.
Finalmente, se sentó a la mesa y entonces vio aparecer a su nana y a una de las doncellas, la cual traía un sobre para él.
El comandante lo abrió y entonces vio que contenía una tarjeta dorada que solamente decía:
«Lo bueno está en la piscina»
Este miró con confusión a las mujeres, las cuales negaron saber, por lo que se levantó y caminó hacia el lugar señalado.
Nada más poner un pie en el jardín, escuchó la música y el alboroto, entonces caminó más aprisa, encontrándose con un montón de gente divirtiéndose, bebiendo, comiendo y bañándose.
Todo estaba adornado con guirnaldas, globos y demás adornos de cumpleaños.
-¡Muchas felicidades!-gritaron todos al verle.
Su hermano, sus primos y Jeff se acercaron a abrazarlo primero y luego lo hicieron Sonic, Babe y North, mientras que Pete y Kenta aunque se acercaron, sólo le hicieron un gesto de aprobación pues aún no tenían mucha confianza.
Los compañeros del trabajo fueron los siguientes, primeramente su copiloto Ken y luego las auxiliares de vuelo, todos con una gran sonrisa y buenos deseos.
También Lyn y los demás empleados de la casa le felicitaron y luego volvieron a sus labores nuevamente.
...-Muchas gracias a tod@s, gracias-habló agradecido por la fiesta, aunque por obligación más que por entusiasmo de celebrar.
Luego de un buen rato bebiendo, bailando y charlando, Berta la cocinera se acercó con una tarta para que este soplase las velas.
...-Hey, esto es demasiado, además ya no soy un niño, tengo veintisiete años-dijo aborchornado.
Jeff se le acercó y le sonrió.
-Tranquilo, yo te ayudaré a soplar, si quieres
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Ese ofrecimiento dejó al comandante un tanto extrañado, aunque fue mucho peor cuando Lyn le dio la tarta y Jeff se sujetó a su brazo.
-Venga...uno, dos, tres, ya
Ambos soplaron y entonces todas las velas se apagaron, por lo que sus invitados aplaudieron con fervor, mientras que piloto y auxiliar temblaban de emoción, no solo por el momento sino por su proximidad.
A Alan le costó horrores seguir sonteniendo la tarta y mucho más, cuando Jeff posó la cabeza en su brazo.
Su nana se dio cuenta, por lo que rápidamente se la cogió de las manos para llevarla a la mesa.
-Trae mi niño, yo la cortaré, tú estás demasiado emocionado
El comandante lo agradeció y suspiró aliviado, aunque eso no le sirvió de mucho pues el auxiliar tuvo otro arrebato y tras ponerse de puntillas, le dio un lindo beso en la comisura de los labios.
Estaba sorprendido pero creyó entenderlo cuando al respirar el aliento de este, le vino el olor a alcohol, entonces asintió algo decepcionado.
-Jeff, ¿ya estás muy ebrio?
El más bajo se encogió de hombros mientras sonreía sin parar.
-Supongo que como la mayoría
El mayor suspiró con pesar.
-Tu novio no debería dejarte solo y permitir que bebas tanto, tu tamaño es pequeño y puede hacerte mucho mal
El auxiliar entonces hizo un tierno puchero.
-¿De qué hablas?, ¿Que novio?, yo no tengo de eso
Alan lo miró confuso.
-Entonces, ¿Ken y tú no...
Jeff iba a contestar pero entonces alguien gritó.
-¡Regalos!, ¡Regalos!, ¡Que abra los regalos!
-¡Si!, ¡Si!-gritaron los demás.
Rápidamente el auxiliar fue con sus compañeros, entre ellos por supuesto estaba Ken y a continuación le trajeron una gran caja, al igual que su familia y amigos quiénes también le dieron los suyos.
Corbatas, libros, cds y varias prendas de ropa fueron sus presentes, los cuales el comandante aceptó con gusto y una amplia sonrisa, aunque en su mente todo el tiempo, se estuvo librando una batalla de preguntas sobre la extraña repuesta de Jeff.
Duchas cuestiones se quedaron en el tintero, sin embargo tanta dedicación por parte de Jeff hacia el comandante dejó al copiloto un tanto descolocado y molesto pues al parecer, el pequeño y lindo auxiliar ya había escogido y no era él el premio.
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Por su parte, Sonic y North no pararon de mirarse en toda la fiesta, al igual que Kenta y Kim, aunque ninguno hizo por acercarse, ya que sus orgullos eran demasiado fuertes como para ceder.
Way sin embargo, no paró de seguir a Pete e intentar que este respondiera a sus abrazos y besos, aunque el mayor se dejó llevar, deseoso de hacerlo, se contuvo bastante pues no quería romper sus propias reglas.
La verdad era que el modelo lo tenía loco pues a pesar de tener el rol de dominante, el rebelde y atrevido carácter de este le ponía mucho.
Lo cierto era que solo pensar en la idea de tener a un sumiso así, al cual poder sumarse realmente el excitante juego de dominarlo en cada encuentro, le hacía tener la boca seca y que sus manos le picasen, deseosas de tenerlo.
Aún así, le detenía el pesar que Kenta quería la libertad pues al parecer se había encaprichado de Kim y saber que Way estaba interesado en él pues no sabía si el castaño seguiría igual de disponible, tras saber sus gustos sexuales.
El fotógrafo tenía miedo de desearlo tanto que lo hiciese enloquecer y finalmente llegado el momento, este no aceptase el acuerdo y se quedase sin Kenta y sin el.
Por eso no podía corresponderle tan abiertamente, primero debía encontrar el momento indicado y revelarle su secreto y esperar a que aceptase y firmase el acuerdo.
